Grillos, apuestan por un negocio saludable

Ambos, de formación financiera, aprovecharon el interés inicial de Romel por la cría de grillos para consumo humano. “Es un sector joven y poco desarrollado, aunque ya hay granjas en Estados Unidos, Tailandia y otros países. Nosotros tuvimos que investigar mucho porque no hay un manual; tú puedes ver cómo crían grillos en España y cómo los crían en Tailandia, y las instalaciones y los procesos son muy diferentes”, señaló Boris.

“Aunque los grillos son omnívoros, no todos les dan lo mismo de comer. Es un tema que ha sido complejo y no hay una fórmula. Nosotros somos muy curiosos y así fue como iniciamos, en un cuarto de cuatro metros cuadrados y con eso alcanzaba para nuestro consumo personal. A partir de ahí, lo platicamos con amigos y conocidos, y montamos microgranjas con ellos”, narró Romel.

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Una de las ventajas que ofrece su negocio es la certeza de que los grillos que producen son de crianza y no de recolección, así es posible estar seguros del alimento que consumen los grillos y se produzcan en un entorno con medidas de inocuidad indispensables en todo producto alimenticio.

La variedad de grillos que producen en Artropomex es Acheta domesticus, es decir, grillos comunes; su producción es baja en el consumo de recursos y cantidad de alimento, y requiere mucho menos espacio y capital. “Si hay una disminución en el consumo de carne, no será por cambiar a consumir grillos, pero es una opción como complemento de la alimentación”, dijo Romel.

“Estuvimos trabajando como 8 meses en Jilotepec, en el Estado de México, pero no funcionó. No teníamos el capital para hacer que funcionara allá, porque si quieres generar las condiciones necesarias de calor, pues había que invertirle. Afortunadamente, atrajimos inversionistas y actualmente contamos con una nave industrial de 600 metros, pero con eso tenemos proyectado producir alrededor de tonelada y media bimestral, porque el ciclo de los grillos es bimestral”, reveló Romel.

Sobre las ventajas de producir grillos, los hermanos Traschikoff destacan el hecho de que requieren mucho menos espacio y alimento en comparación con lo que se necesita en la ganadería. “Para vacas necesitarías al menos una hectárea para tenerlas en buenas condiciones; supongo, porque no somos especialistas en ese ramo, pero en grillos sí sabemos que se requiere mucho menos espacio”, acotó Romel.

“No sólo se trata de cuestiones operativas, sino también el humano lo digiere muy bien, los nutrientes que aporta, lo sano que es y los subproductos que se pueden generar a partir del grillo. Cuando tú produces un kilo de grillo, a partir de desechos sólidos, tú generas 4.5 kilos de fertilizante orgánico. Así que no sólo producimos un alimento, sino que también fertilizante”, añadió Boris.

Sobre sus planes de crecimiento, los hermanos Traschikoff señalaron que prefieren perfeccionar el proceso y enfocarse en aumentar la producción antes de tener otras granjas. “Por el momento no queremos diluir el capital. Nuestra intención, por ahora, es lograr un crecimiento orgánico”, reconoció Romel; “estamos enfocados en generar un proceso a mayor escala antes de llegar con alguien y decirle ‘te montamos tu granja’”, añadió Boris.

Hay que destacar que el mercado de los grillos está en la parte de restaurantes, donde se vende grillo entero y donde las personas tienen la posibilidad de elegir un postre con grillos, guacamole con grillos o cerveza con grillos. “Son platillos sencillos en los que el grillo no cambia su sabor, pero le añade un toque especial y contenido de proteínas”.

El grillo tiene cuatro posibles presentaciones que son: vivo, que sirve como alimento para mascotas como ranas, serpientes o arañas; grillo entero sin deshidratar, grillo entero deshidratado y harina de grillo. Ello abre distintas posibilidades de negocio.

“En el caso de la harina de grillo, no funciona por sí sola, “pero si la mezclas con harina normal de hot cakes, no va a cambiar el sabor ni la consistencia, pero aportará 68% más de proteína, más o menos lo equivalente a un bistec”, señaló Boris.