Reescriben el rumbo de la oncología

  • Escrito por Dr. Jorge Arturo Alatorre Alexander
  • Publicado en Opinión
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En 2012, los cánceres diagnosticados con más frecuencia en el hombre fueron los de pulmón, próstata, colon y recto, estómago e hígado. Mientras que en la mujer fueron los de mama, colon y recto, pulmón, cuello uterino y estómago.


En México, se estima para el 2020 habrá más de 11 mil muertes por cáncer de pulmón en hombres y mujeres. Los biomarcadores juegan un papel muy importante en el tratamiento contra el cáncer de pulmón y algunos otros tumores.

Estos “biomarcadores” son sustancias que se encuentran en tejidos (ya sea en el tumor o en fluidos corporales como la sangre) y que pueden dar en ocasiones información pronóstica o bien predecir la respuesta que podríamos obtener ante un medicamento.

Esto  contribuye a la personalización de los tratamientos y en la toma de decisiones clínicas, (por ejemplo, seleccionar a  pacientes que presenten esta sustancia en el tejido tumoral y eso nos permita saber que medicamento es el más activo que puedo brindarle a mi paciente).
 
Las células cancerígenas a menudo encuentran formas de  “ocultarse” de células normales, por lo que el sistema  inmune no siempre las reconoce como malignas y no las ataca.
 
Los biomarcadores pueden ser importantes para la identificación de aquellos subgrupos de pacientes en los que los tratamiento inmunooncológico podrían ser altamente eficaces.

Un medicamento no es para todo el mundo o para todos los tipos de cáncer o inclusive para todos los subtipos de cáncer de pulmón, el biomarcador distingue, precisamente, qué pacientes tienen mayor o menor probabilidad de responder a uno de estos tratamientos.
 
Las pruebas utilizadas para detectar biomarcadores varían en complejidad; algunas pueden detectar un solo biomarcador, mientras que otras pueden detectar varios tipos de marcadores para interpretar de una manera multivariante derivando la puntuación, probabilidad, o clasificación.
 
Usualmente, el médico oncólogo puede solicitar los análisis moleculares que evaluarán los biomarcadores para definir un tratamiento estratégico para cada paciente; este análisis también puede ser solicitado por el doctor encargado de tomar la biopsia de un tumor, o por el patólogo.

Durante el proceso de solicitud, se debe asegurar que cada prueba requerida para un paciente se ofrece de una manera oportuna.
 
Varios marcadores de tumores se usan actualmente para una amplia gama de tipos de cáncer. Por ejemplo, el análisis de mutación del gen EGFR en cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), se usa para determinar si el paciente es candidato a recibir un  tratamiento molecular al momento del diagnóstico, y también la determinación del marcador PD-L1 (Ligando 1 de muerte programada), se usa para determinar la posibilidad de progresar a una inmunoterapia en pacientes con CPCNP4.
 
Durante la última década  han habido cambios importantes en el tratamiento del cáncer, dentro de los cuales, la inmunooncología se está considerando como el quinto pilar (junto a la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, terapia molecular) en el tratamiento en contra del cáncer.
 
Esta nueva manera de abordar el cáncer está haciendo que se reescriba por completo el rumbo de la oncología, ya que permite una medicina más personalizada.

Actualmente, sabemos que hay un subgrupo de pacientes con cáncer de pulmón, que expresan PD-L1 que se verán beneficiados con Pembrolizumab, un nuevo tratamiento inmunooncológico para pacientes con melanoma y cáncer de pulmón.

Modificado por última vez enLunes, 01 Octubre 2018 06:59

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