Miércoles 25 Diciembre 2024

Recalentado gourmet, ¿cómo elevar la tradicional torta de bacalao?

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El recalentado es uno de esos momentos que todos esperamos con ansias después de la gran cena navideña. Es como un segundo round de la fiesta, pero mucho más relajado. Es esa oportunidad para saborear nuevamente los platillos del día anterior, pero ahora con más calma, en pijama, rodeado de regalos y de la familia. 

En mi casa, la tradición manda que en Navidad el bacalao noruego a la vizcaína nunca falta en la mesa, y por supuesto, este platillo se convierte en la estrella del recalentado al día siguiente. Este año, decidí darle un giro gourmet a ese clásico recalentado y convertir la tradicional torta de bacalao noruego en una experiencia más especial, pero sin perder esa vibra familiar y sencilla que hace que todos disfruten del momento.

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Todo comienza con un buen pan. En lugar de usar cualquier tipo de pan, elegí una baguette de masa madre, que tiene una textura crujiente por fuera y suave por dentro, lo que la hace perfecta para los canapés. La corté en rebanadas finas y las metí al horno hasta que quedaron doradas y crujientes. El pan es la base de todo, y si es bueno, la experiencia del recalentado ya empieza con el pie derecho.

Mientras el pan se tostaba, me puse manos a la obra con una salsa alioli casera, que será la clave para darle ese toque especial. Preparé una mezcla sencilla pero deliciosa usando yema de huevo, mostaza, jugo de limón, sal y pimienta. Lo más importante en este paso es añadir el aceite en hilo, poco a poco, mientras vamos mezclando para conseguir una emulsión suave y cremosa. Esta alioli será la base perfecta para acompañar el bacalao, añadiendo un toque cremoso y ligeramente ácido que balancea perfectamente los sabores del guiso.

Por supuesto, el ingrediente estrella de todo este proceso es el bacalao noruego a la vizcaína. Lo recalenté con mucho cuidado para que no se secara, manteniendo todo su sabor y jugosidad. El bacalao, que ya tiene esa mezcla de sabor intenso y suave al mismo tiempo, se convierte en el plato ideal para el recalentado. No importa cuánto tiempo pase, sigue siendo tan sabroso como el primer día. Y en este caso, al montarlo sobre el pan tostado con la salsa alioli, se transforma en una verdadera joya gastronómica.

Para el montaje, coloqué una capa generosa de alioli sobre cada rebanada de pan tostado, asegurándome de cubrir bien toda la superficie. Luego, con una cuchara, añadí una buena porción de bacalao noruego a la vizcaína, dejando que se desborde un poco sobre los bordes del pan. El resultado son canapés pequeños pero llenos de sabor, perfectos para compartir con familia y amigos en cualquier momento del día.

Estos canapés de bacalao a la vizcaína son mi manera de reinventar el recalentado y convertirlo en una experiencia más sofisticada y deliciosa, pero sin perder la esencia de la tradición. No solo es una forma diferente de disfrutar el bacalao, sino también una manera de alargar la magia de la Navidad un poco más, porque, al final de cuentas, el recalentado no es solo sobre la comida, sino sobre el tiempo que compartimos y la manera en que transformamos las costumbres para hacerlas nuestras.

El éxito de estas recetas está en usar auténtico bacalao noruego, que garantiza sabor, calidad y nutrientes. 

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