Caries en los bebés
- Escrito por Redacción
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Caries de la infancia temprana es un término que se utiliza en niños menores de cinco años con uno o más dientes cariados.
Anteriormente se le conocía como síndrome de biberón, sin embargo, ahora se sabe que no sólo se le vincula con el uso de éste como único factor de riesgo.
Además de la toma repetida del biberón, especialmente durante la noche, el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido calórico, ricos en grasas, azúcares y sales, como son: los dulces, las frituras y los refrescos, son un importante detonante.
También la lactancia materna a gran demanda sobre todo cuando ya salió el primer diente y el tener una pobre o nula higiene bucal, son acciones que pueden desarrollar las caries en los niños, ya que a esta edad se le da poca importancia a los dientes de leche.
La caries de infancia temprana suele encontrarse con un patrón característico; donde los cuatro incisivos superiores son los más afectados, mientras que los inferiores generalmente permanecen sanos debido a que la lengua va a ejercer una acción protectora durante la alimentación, favoreciendo la acumulación de la saliva en esta zona.
Mancha blanca
En la etapa inicial de la caries se puede observar que los incisivos superiores desarrollan una banda blanca alrededor de los dientes, muy cerca de la encía y se conoce como lesión incipiente o lesión de mancha blanca; la cual en algunas ocasiones es detectada por los padres. Esta lesión aún puede ser reversible con el uso de barnices de fluoruro, que el odontopediatra colocará en el consultorio. Pero si la enfermedad progresa se va a desarrollar una cavidad, que se pigmenta generalmente de color café y se extiende lateralmente a las superficies del diente; llegando incluso a la fractura ante cualquier alimento.
Prevención
Las medidas preventivas para evitar la aparición de la caries dental son:
· El control de la lactancia materna durante la noche, después de que ha salido el primer diente.
· No poner a dormir al niño con el biberón o alentarlo a usar el vaso entrenador para evitar su dependencia a este.
· Evitar el consumo frecuente de azucares o golosinas entre las comidas.
· Orientar a los padres para que inicien la higiene bucal del niño desde el nacimiento, fomentando con ello a que sea acostumbrado a tener su boquita limpia y comenzar con el cepillado cuando salga el primer diente, se recomienda que sean los padres quienes realicen el cepillado dental y conforme va creciendo y adquiriendo la habilidad de hacerlo solo, supervise la técnica con su hijo.
Es importante mencionar que aún cuando el niño no tenga una dieta rica en azúcares, si las mamás o los encargados de cuidar al niño, tienen alguna enfermedad oral; es más fácil que lo contagien y esto le produzca caries. Actos tan simples como soplar la comida del niño o probarla, serán suficientes para sembrar las bacterias que la producen.
Por lo que se recomienda la rehabilitación oral, para prevenir o demorar la transmisión al niño.
Dado que la caries inicia por un proceso de desmineralización de la superficie del diente, es importante la detección oportuna de las lesiones incipientes o de mancha blanca, con el fin de detener o remineralizar las lesiones antes que se tornen irreversibles y sea necesario realizar tratamientos invasivos, como la colocación de coronas metálicas o la extracción de los incisivos superiores.
*Lourdes de la Rosa
Odontopediatría