Para este 2022 y ante nuevo escenario por la pandemia del Covid-19, los niños deben ser el centro de atención de las familias y la alimentación es clave para prevenir enfemedades. De hecho, los primeros tres años de vida definen su vida en el tiempo.

Llegó la tempoarada de frío, y con ello, los riesgos de enfermedades respiratorias que ponen en riesgo a la población, principalmente a niños. Ante ello, especialistas nos recomiendan seis acciones para reforzar el sistema inmunológico.

Con el cierre de 2021 y la llegada de un nuevo año, las nuevas mamás con niños de 1 a 3 años, se preguntarán cuáles son las mejores opciones de alimentación y nutrición, dónde encontrarlas y con quién acudir.

La diabetes es una enfermedad no transmisible multifactorial que afecta a más de 41 millones de personas en toda América Latina y se prevé que, en 2040, alcance la cifra de 68 millones. Ante ello, es urgente cambiar los hábitos de alimentación desde los primeros años de vida, ya que es un de los factores de mayor impacto.

En el mundo, los niños de entre 1 y 2 años, presentan los porcentajes más altos de desnutrición crónica. Este grupo coincide con la edad a la que muchos bebés dejan de ser amamantados, lo que refleja la importancia de la lactancia materna en la buena nutrición durante la primera infancia.

Durante el embarazo o el nacimiento de un bebé es común escuchar a familiares o amigos sobre el cuidado que deben tener para un sano crecimiento y desarrollo, de hecho, con la pandemia del Covid-19, la perspectiva ha cambiado radicalmente: hablamos de la nueva familia y sus prioridades.

Tras una semana del regreso a clases (híbridas) presencial o virtual, los papás se han dado cuenta que la alimentación (nutrientes), serán clave para reforzar el sistema inmunológico de sus hijos que les brindarán defensas ante la presencia del Covid-19.

A casi 20 meses de distancia de que el Covid-19 hizo su aparición en México, deberíamos preguntar ¿por qué nos venció? Hay muchas respuestas, pero una de ellas, y quizás la más importante, es que en los hogares mexicanos se registra una mala alimentación lo que, a lo largo del tiempo, provocó enfermedades crónicas (obesidad, diabetes, hipertensión, entre otras).