Ablactación, por qué es importante
- Escrito por Dr. Alberto Molás
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Los niños necesitan los cimientos para lograr un envejecimiento saludable. Los primeros años de vida del niño sientan las bases de todo su crecimiento en el futuro. La lactancia materna continúa siendo la mejor forma de nutrirnos en la primera infancia.
La recomendación por parte de la Organización de las Naciones Unidas (OMS) es de 6 meses de seno materno exclusivo y de ser posible prologarlo hasta los dos años del pequeño, claro sin olvidar las recomendaciones sobre ablactación, un proceso paulatino en que se introducen otros alimentos además de la leche materna o de algún sucedáneo y culmina con la introducción del niño en la dieta familiar.
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Aquí algunas recomendaciones sobre ablactación por parte de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 043 son: 0-6 meses; lactancia materna exclusiva a libre demanda, esto quiere decir que se puede ofrecer constantemente al lactante. En caso necesario se puede optar por algún similar de leche materna previa valoración de un pediatra.
6-7 meses; comenzar con frutas y verduras en papilla como zanahoria, calabaza, chayote, acelgas, betabel, manzana, pera, plátano, papaya.
También comienzan con alimentos de origen animal, como pollo, res o cerdo, pero el pescado aún no es recomendado en esta etapa. Se puede agregar algunos cereales como arroz, maíz, avena, amaranto, trigo, tortillas y pan. Tanto carnes como cereales se pueden ofrecer con una frecuencia de 2 a 3 veces por día, pero en consistencia de puré o papilla, recuerda que el niño aún no cuenta con su dentadura.
7-8 meses; frijoles, garbanzos, lentejas, alubias o habas. Con una frecuencia de 3 veces al día en forma de purés o machacados.
8-12 meses; iniciar con alimentos de origen animal como pollo, pavo, res cocido y derivados de la leche como lo son el yogurt y los quesos. Además de incluir huevo y pescado, siempre observando su tolerancia. Con una frecuencia de 3 a 4 veces por día, bien picaditos o en trocitos.
12 meses; frutas cítricas, leche entera y en general los alimentos que nosotros adultos acostumbramos en una dieta correcta. La frecuencia es similar a la de nosotros con 4 a 5 tiempos de comida por día.
Te preguntarás por qué los lácteos y el huevo se recomiendan alrededor del primer año de vida a pesar de que son alimentos con alto valor biológico en cuanto a proteínas se refiere. Esto es por la inmadurez fisiológica del niño, en donde su capacidad para digestión y absorción de los diferentes nutrientes no es suficiente para procesar ciertos alimentos y en lugar de beneficiar pueden causar daños orgánicos como en riñones o sistémicos como el inmunológico.
¿Y qué pasa si retrasamos la ablactación? Pues esto tampoco es recomendado debido a que se provoca desnutrición, al no lograr proporcionar todos los nutrientes. No olvides asistir a los seguimientos médicos de tus niños, es mejor prevenir que lamentar.