Pene, llamémoslo por su nombre

Euphoria probablemente sea el ejemplo actual de una serie con éxito mundial que puso al pene en primer plano sin miramientos, mostrando, eso sí, prótesis extrañamente grandes. Minx, es otro caso de cómo el pene llega a la pantalla por servicio de streaming, y ha dejado claro que los penes naturales valen la pena, o al menos eso ha mencionado su creadora Ellen Rapoport, quien dice que era importante mostrar penes realistas y con naturalidad, sin prótesis en muchas de las tomas.

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En erecciones exageradas por mucho tiempo sí fueron necesarias, pero justo es donde debe entrar la desmitificación del falocentrismo, pues incluso dentro de la trama esto puede dirigirse más a lo cómico y no al símbolo erótico.

“En nuestra cultura, el pene se relaciona directamente con la concepción del género y la masculinidad, “ser hombre” se basa en tener un pene que pueda erectarse y sostener erecciones durante mucho tiempo”, señaló “Fofo” Perroni, en el marco del Día Internacional del Pene.

Primero lo primero: hay una anatomía del pene y, si bien las sensaciones pueden variar en cada persona y cuerpo, el glande tiene mayor sensibilidad debido al tipo de tejido que lo compone; para entenderlo mejor Adolfo contó que hay dos tipos: cavernoso y esponjoso.

Los primeros son los que se llenan de sangre en la erección y rodean al esponjoso, que es el más sensible, y del que se constituye el glande o la cabeza del pene, pero también se encuentra en el cuerpo de éste. De hecho, anatómicamente en el desarrollo embrionario, las estructuras anatómicas que constituyen al clítoris son las mismas que dan pie al glande. 

Dicho esto, a cada persona le gusta algo diferente, lo que permite construir una relación con el placer de manera única. Sin embargo, a todxs se nos ha contado que el fin supremo es el orgasmo y cómo hay técnicas infalibles que se pueden usar para llegar a él; pero tener o no tener un orgasmo no significa que no se disfrute. Vale mucho la pena considerar cómo el placer no depende solamente del cuerpo, sino que hay muchos elementos emocionales y psicológicos involucrados, por lo que no existe algo infalible. 

“La exploración del placer en nuestros cuerpos, socializados como hombres, se queda falocentrado, se construye la relación con el placer como su estimulación directa y específica muy limitante, no nos permitimos o consideramos explorar otras partes de nuestro cuerpo”, explicó el sexólogo.

Los juguetes eróticos son una alternativa a ello, aunque los prejuicios y la educación tradicional que imperan dificultan este acercamiento, pero la comunidad virtual de más de un millón de seguidores en redes sociales de Platanomelón cada vez pregunta más sobre los juguetes para penes.

Porque sí los hay, Limbo y Lola son dos ejemplos de masturbadores con vibraciones para penes, diseñados de forma exclusiva y por profesionales para dar placer, con la ayuda de texturas, presión y diferentes velocidades, hechos con silicona de grado médico bajo estrictos controles y normas de calidad, además ¡son ergonómicos!

El uso de juguetes eróticos es una buena y diferente opción que pueden aportar creatividad, comunicación, autoconocimiento, mucha diversión y nuevas sensaciones, “yo sí los he recomendado en casos de disfunción eréctil con un trasfondo psicológico, y los resultados han sido positivos. Lamentablemente a veces los tabúes no permiten siquiera hacer la sugerencia, pero hay que ir cimentando el camino”, finalizó.

Si bien los penes en la pantalla pueden ser parte de un cambio en la visión de la sociedad y los creadores, o de una estrategia para que las personas se acerquen aunque sea por morbo, se debe aprovechar este momento de interés para ampliar la información, recurrir a la educación sexual y romper tabúes que todavía existen alrededor de las relaciones eróticas, el placer y las formas de disfrutar la vida sexual.