Tatuajes y los riesgos

Hacerse un tatuaje es una práctica popular y creciente en la población, sobre todo en los jóvenes de entre 15 y 25 años, así como en mujeres que recurren a tatuajes cosméticos, pero sus complicaciones constituyen un motivo frecuente de consulta dermatológica.

Ello, toda vez que en México se estima que, tres de cada diez personas, tiene alguno en su cuerpo, de acuerdo con especialistas de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).

Cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), señalan que aproximadamente 12 millones de mexicanos tienen un tatuaje y la mayoría no sobrepasa los 20 de edad.

Un tatuaje es una marca o diseño permanente que se realiza en la piel al insertar pigmentos con pinchazos en la parte superior de ésta.

“Las agujas perforan la capa superior de la piel (epidermis), y llegan hasta la siguiente capa (dermis), donde se deposita la tinta. Las máquinas introducen una aguja en la piel a una frecuencia de 50 a 300 veces por minuto”, detalló el doctor Javier Ruiz Ávila, especialista en dermatología.

Cada vez que la aguja penetra causa una herida que alerta al cuerpo e inicia un proceso inflamatorio. “Es como si hiciera un llamado a las células del sistema inmunológico para ir al sitio de la herida y reparar la piel”, añadió.

El proceso provoca dolor –de leve a significativo–, heridas pequeñas al perforar la piel y una cantidad moderada de sangrado, por lo tanto, puede existir un posible grado de tener infecciones o alguna otra complicación, ya sea al hacer un diseño o realizarse un “maquillaje definitivo”, como tatuarse las cejas o los labios.

En su oportunidad, la doctora Martha Morales Sánchez mencionó que en algunas ocasiones se puede formar una zona de inflamación, llamada granuloma, alrededor de la tinta del tatuaje o se presentan cicatrices queloides, que son áreas elevadas de la piel causadas por un crecimiento excesivo del tejido cicatrizal.

“Una cicatriz queloide muestra un aspecto rosado y abultado en la piel. Su formación se produce a la creación excesiva de colágeno durante el periodo de cicatrización y puede derivarse de factores genéticos”, explicó la doctora Marta Morales, también integrante de la Fundación Mexicana para la Dermatología.

Modificado por última vez enLunes, 15 Octubre 2018 06:34

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