Glucosa, fuente de energía

En el organismo puede medirse la glucosa, mediante la glucemia en la sangre, ésta última es la concentración de azúcar libre en sangre. La glucemia se reporta en miligramos sobre decilitro (mg/dl), para expresar la cantidad de glucosa libre que se encuentra en el volumen sanguíneo.

Guías internacionales como; The American Association of Diabetes (ADA), se encargan entre otras cosas, de clasificar las cifras de glucosa en sangre relacionándolas con riesgos para la salud. 

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Cuando la glucemia es menor que los niveles recomendados (menor a 70 mg/dl) se le denomina hipoglucemia y cuando es superior, se le llama hiperglucemia (Mayor a 126 mg/dl). Esta última se relaciona con alteraciones metabólicas como, por ejemplo; Diabetes Mellitus.

Esta enfermedad tan común no es reciente, se tiene evidencia en papiros de antiguas civilizaciones, que describen los síntomas y la relación que tienen con los alimentos. Relación que se hace presente al conocer la etimología de la palabra Mellitus, que proviene del latín y significa endulzado con miel.

El control de la glucemia de manera crónica o constante depende directamente de la insulina, que es una hormona producida naturalmente por el cuerpo, particularmente en el páncreas; se encarga de facilitar el ingreso de glucosa sanguínea a las células, para que pueda ser utilizada como energía.

La glucosa alta o hiperglucemia se relaciona con una baja o nada de presencia de insulina, y provoca que la célula no capte la glucosa que hay en la sangre.  Esto provoca que la célula no consiga energía y que la glucemia libre se acumule en la sangre provoca hiperglucemia.

Tener hiperglucemia es perjudicial para el cuerpo ya que debe activar el mecanismo de almacén y/o eliminación. Si lo almacena, se forma en tejido adiposo y aumenta la grasa en el organismo. Si lo elimina, es a través de los riñones, pero, si hay demasiada glucosa, las células buscan eliminarla por la orina y puede provocar enfermedades renales.

Contestando la pregunta inicial, sobre los alimentos dulces y la fatiga. Los carbohidratos son azúcares; las frutas y la miel se componen de carbohidratos (fructosa), la leche tiene ese sabor debido a la lactosa, que es la unión de galactosa y glucosa, que también son carbohidratos.

Cuando realizamos una actividad física o mental, los niveles de glucosa en sangre disminuyen (hipoglucemia) debido a que la célula requiere la energía que proviene de está, causando entonces la activación de mecanismos que favorecen el apetito y preferencia por alimentos dulces y así, mantener la glucemia.

Los carbohidratos son la principal fuente de energía que tiene nuestro organismo, razón por la cual los planes de alimentación favorecen en mayor medida este macronutriente sobre las proteínas y grasas. Es importante que visites a tu médico quien llevará un registro de tus glucemias, las cuales lograran controlarse siguiendo los consejos de tu nutriólogo o profesional de la salud.