Evita el virus con una buena nutrición

Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad”.

Es por ello, cada 28 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Nutrición. Es una iniciativa apoyada por diversas instituciones alimentarias la cual va de la mano de la Federación Española de Sociedades de Nutrición Alimentación y Dietética (FESNAD).

Los objetivos de este día han ido incorporando diversos temas en beneficio de una mejor orientación alimentaria. Se busca fomentar la enseñanza poblacional, para que a través de establecer hábitos alimenticios correctos se logre mejorar la salud y la calidad de vida.

Hoy en día sabemos que no hay alimentos buenos ni malos. La condición de deficiencia de micro y macronutrientes, así como el exceso en el consumo de productos altos en azúcares simples y grasas trans; son los que, en combinación, generan problemas de salud pública. La desnutrición, el sobrepeso, la obesidad, la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades crónico-degenerativas, están íntimamente relacionadas a una mala nutrición y hábitos de vida no saludables.

Encontramos en la iniciativa de este día, cinco pasos esenciales a seguir para mejorar nuestra nutrición.

Consumir al menos 5 raciones de fruta y verdura al día. Son un excelente aporte de carbohidratos simples vitaminas, minerales y fitonutrientes en nuestra dieta. Es importante recordar su aporte de fibra dietética, sobre todo si las consumimos en crudo y con la cáscara comestible.
En México tenemos riqueza de frutas y verduras y hay que aprovechar las que son de temporada.

Mantener una dieta variada. Consumir variedad de alimentos, ayuda a asegurar también variedad en nutrimentos para cubrir nuestra ingesta diaria recomendada. Este es uno de los puntos principales de la dieta correcta según la NOM para la orientación alimentaria.

Hay que variar también en colores, sabores, texturas, olores y preparación de los platillos que consumamos.

Adecuar las calorías que ingerimos a la actividad física que realizamos. Este punto está íntimamente relacionado con lo que llamamos personalización en tu nutrición. Es una dieta que gire en torno a adaptar nuestros menús saludables, al estilo de vida que llevamos. Comer suficiente en la dieta correcta, implica mantener dietas isocalóricas, es decir, ni de más ni de menos.

Evitar las grasas tipo trans, el exceso de azúcar y sal. La palabra clave en todos los aditivos a agregar en nuestros platillos, es la moderación. Grasas trans, sal y azúcar, son tres principales ingredientes usados en la industria para potencializar el sabor de los productos. Sin embargo, en exceso, están íntimamente relacionados al sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares (ECV). Cuidar a nuestro corazón prefiriendo grasas no saturadas, lo dulce de los propios alimentos (como en la fruta) y las especias para dar sazón.

Realizar deporte y evitar el consumo de alcohol y bollería industrial. Correr, caminar, trotar, patinar, saltar la cuerda, andar en bicicleta y nadar, son solo algunos ejemplos de ejercicios cardiovasculares que pueden ayudar a reducir grasa corporal. La clave está en ser constante al realizarlos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos realicen 150 minutos semanales de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana.

Modificado por última vez enSábado, 30 Mayo 2020 18:57

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