La microbiota del niño y su salud
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La llegada de las vacaciones de verano nos permite un contacto más cercano con las niñas y los niños. En esta temporada, presentamos algunos de los más recientes hallazgos de las investigaciones del Biocodex Microbiota Institute, acerca de las microbiotas y la salud infantil.
Antibióticos y su impacto
La exposición perinatal a antibióticos altera la constitución de la microbiota intestinal en niñas y niños, lo que puede afectar el funcionamiento de su sistema digestivo, metabolismo y defensas.
Hay que ser cuidadosos con estos tratamientos durante el embarazo, parto, postparto e incluso en la lactancia, puesto que los antibióticos pueden alterar la microbiota de la leche materna y ser transmitidos por la madre al bebé.
Tratamientos con antibióticos en los primeros seis meses de vida o repetidos durante los primeros dos años aumentan riesgo de obesidad.
También se explora ya el mayor riesgo de enfermedad inflamatoria intestinal en bebés expuestos a antibióticos durante el parto.
Trastornos del comportamiento en niños
La microbiota intestinal participa en la comunicación entre el intestino y el cerebro, a través de numerosos compuestos y por múltiples vías. Se ha demostrado de forma inequívoca que desempeña un papel importante en la maduración del eje neuroendocrino del estrés y en la regulación de las emociones.
La presencia recurrente de problemas gastrointestinales en niños autistas sugiere una posible relación con la microbiota intestinal, lo que ayudaría a esclarecer los orígenes de esta enfermedad, hasta ahora relacionado a factores genéticos y ambientales.
Ciertas anomalías en la neurotransmisión de sustancias como la dopamina están relacionadas con desequilibrios en la microbiota intestinal, lo que podría manifestarse en forma de trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
El avance en algunas investigaciones acerca de la microbiota tiene como objetivo desarrollar una estrategia adecuada para el diagnóstico y tratamiento de este tipo de enfermedades.
Enfermedades respiratorias
En niños ya se ha demostrado una correlación entre la evolución de la fibrosis quística y variaciones de las poblaciones microbianas de las vías respiratorias.
El estudio de la interacción entre el desequilibrio de la microbiota respiratoria y el desarrollo estructural y funcional de las infecciones pulmonares podría facilitar la identificación de posibles factores patogénicos o protectores y, por tanto, el diseño de nuevas estrategias de prevención y tratamiento.
En casos de bronquiolitis del lactante, el aspirado nasofaríngeo ofrece buena eficacia diagnóstica, pero resulta difícil de ejecutar en niños pequeños, por su carácter invasivo.
Al haberse comprobado que la microbiota nasal es un marcador fiable para determinar la severidad de la bronquiolitis, la técnica de hisopado nasal es ahora una alternativa prometedora, pues se trata de un procedimiento más sencillo y menos traumático.
Enfermedades digestivas
Existe una estrecha relación entre las enfermedades digestivas infantiles y la microbiota intestinal: su composición influye en el riesgo de desarrollar determinados trastornos
Y, a la inversa, un desequilibrio en la microbiota generado a raíz de un problema gastrointestinal podría contribuir a mantenerlo, agravarlo o aumentar su recurrencia.
El estudio de la microbiota intestinal y su desequilibrio representa un avance en la búsqueda de tratamientos personalizados para la diarrea.
Es importante señalar que la diarrea infecciosa representa la segunda causa de mortalidad infantil en el mundo en desarrollo, por lo que la lucha contra esta afección constituye una prioridad para los sistemas de salud de estos países.