Demencia, qué tanto sabes de la enfermedad

De acuerdo con el estudio "Prevención, intervención y atención de la demencia “, publicado en The Lancet), la modificación de ciertos factores del estilo de vida podrían prevenir una tercera parte de los casos de demencia, enfermedad que afecta a unos 800 mil mexicanos.

De acuefdo con la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad de Alzheimer representa hasta el 70% por ciento de éstas.

"De todas las formas holísticas de tratar una enfermedad, nada se compara con combatirla en sus etapas primarias", comentó Francisco Mesa, director médico de Belmont Village Senior Living, residencia para adultos mayores con programas especiales para el cuidado de la memoria y Alzheimer.

Señaló que los cambios que ocurren en el cerebro a través de su activación o entrenamiento inducido, se producen a lo largo de todas las etapas de la vida, por lo que mitigar los factores de riesgo nos proporciona una manera poderosa de reducir la carga de este tipo de enfermedades degenerativas.

La investigación presentada en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) 2017, sugiere que alrededor del 35% de los casos son atribuibles a una combinación de nueve factores de riesgo, los cuales deben atenderse a lo largo de las etapas de la vida para contribuir mejorar la función cerebral y hacer más lento el deterioro cognitivo. Dichos factores de riesgo a intervenir son:

Desde la infancia:

Estudiar por lo menos los primeros 12 años de la vida y seguir aprendiendo durante las distintas etapas de la vida.

Durante la vida adulta:

Evitar o tratar modificaciones a la tensión arterial.

Mantener un peso saludable y evitar la obesidad.

Evitar fumar.

Atender la pérdida de audición.

Sobre todo en la tercera edad:

Tratar la depresión.

Controlar la diabetes.

Activar el cuerpo y ejercitarse durante la tercera edad.

Aumentar el contacto social.

El estudio, el cual plasma el resultado de la revisión sistemática de evidencia existente en el tema del manejo y prevención de demencia, señala también los efectos benéficos de las intervenciones psicológicas, sociales y ambientales como el contacto social, el ejercicio y las actividades rutinarias para atender en una etapa temprana a este tipo de enfermedades.