Vas a viajar, ojo con la fiebre amarilla
- Escrito por Redacción
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El virus de la fiebre amarilla es transmitido por mosquitos de los géneros Aedesy Haemogogus, que habitan zonas tropicales y selváticas, lo que los hace especialmente riesgosos en 47 países: 34 en África y 13 de Centro y Sudamérica.
Brasil es el país donde se han presentado mayor número de casos durante la última década de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda, cuyos síntomas incluyen fiebre, dolores musculares y lumbares, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, y en los casos más severos, hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas.
Otro factor de riesgo sobre esta enfermedad es que su diagnóstico es difícil, pues su sintomatología puede confundirse con enfermedades como paludismo, leptospirosis, hepatitis víricas, intoxicaciones y otras infecciones víricas, como el dengue hemorrágico.
Los síntomas de esta enfermedad son tratables en la mayoría de los casos, sobre todo en situaciones donde se detecta en etapas tempranas; sin embargo, no existe una cura como tal para el virus.
Por ello, la recomendación de la OMS para evitar el contagio de la enfermedad es vacunarse contra la fiebre amarilla cuando se viaje a una zona en donde existe riesgo de contagio, o a una población donde existan antecedentes de contagio de la enfermedad.
Una sola dosis de la vacuna es suficiente para garantizar la inmunidad contra la fiebre amarilla de por vida. Pero, además de la vacunación, la OMS también se sugiere a los viajeros el protegerse de la picadura de los mosquitos usando repelente de insectos, usar manga larga durante el día, así como ropa de color claro.
El riesgo de contraer la enfermedad para los turistas no vacunados es el mismo tanto en zonas selváticas como rurales, e incluso en poblaciones urbanas, pues los mosquitos transmisores del virus pueden criarse en ambientes rurales y domésticos por igual.
El contagio ocurre cuando los mosquitos de la selva pican a monos portadores del virus. Estos mosquitos, a su vez, pican a las personas que se encuentran en la selva, infectándolos con la fiebre amarilla. Esta forma de contagio suele ser la más común en Sudamérica.
Sin embargo, cuando las personas contagiadas por el virus se trasladan a zonas urbanas con una gran densidad de mosquitos, el riesgo de contagio aumenta exponencialmente, pues al ser picados por otros mosquitos, éstos tienen una mayor facilidad de infectar a un gran número de personas, provocando los brotes epidémicos.
Sergio Sánchez, Director de Comunicación de Passport Health México, clínica especializada en medicina del viajero, señala que ante este reciente brote de la enfermedad, todos los viajeros con destino a Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Costa Rica y Honduras, deben tomar sus precauciones antes de salir de viaje.
“La vacunación es imprescindible para estar seguros en las zonas de riesgo de estos países; ésta debe aplicarse al menos 10 días antes de realizar el viaje, para que el mecanismo de acción tenga tiempo de actuar en el organismo del paciente”, explica.