La alimentación durante el embarazo

Durante el embarazo ocurren cambios que van a afectar las funciones del organismo de la mujer. Estos forman parte de la evolución de un sistema materno-fetal, que crea un ambiente favorable para:

  • - El crecimiento y desarrollo del feto, para que al final del embarazo se tenga un bebé sano con peso adecuado y con menor riesgo de padecer enfermedades crónicas en etapas posteriores.
  • - Preparar el cuerpo de la mujer para el parto y la lactancia.
  • - Proteger la salud de la mujer.

Todas las mujeres deben ganar peso durante la gestación, pero la ganancia de peso adecuada estará determinada por su índice de masa corporal (IMC) pre gestacional, actualmente la recomendación de ganancia de peso para una mujer con un IMC pre gestacional normal y con un embarazo único es de 11.5 a 16 kg.

La dieta de la mujer embarazada tendrá que tener las características de una dieta correcta, debe ser completa, o sea, contener alimentos de todos los grupos y todos los nutrimentos en cantidad suficiente y equilibrada, debe ser inocua, accesible económicamente hablando, agradable y variada; compatible con la cultura y entorno de la mujer y adecuada a sus circunstancias, en este caso la mujer embarazada tendrá que incrementar el consumo de energía y poner especial atención en algunos nutrimentos.

La recomendación generalizada sobre el consumo de energía es que éste se incremente a 340 y 450 kcal/día en el segundo y tercer trimestre del embarazo respectivamente, sin embargo, esto podría ser excesivo o insuficiente en algunos casos por lo que es importante darle seguimiento personalizado a la mujer en cuanto a su ganancia de peso y su estado de nutrición y salud.

Dado que durante el embarazo se deposita proteína para la formación del feto, placenta y tejidos maternos, los requerimientos de proteína se verán incrementados, por lo que se recomienda consuman fuentes de proteína como son los alimentos de origen animal (carne, huevo y lácteos) y leguminosas (frijoles, garbanzos, lentejas, etc.), de preferencias combinadas con algún cereal (tortilla de maíz, arroz, etc.).

La prevalencia de deficiencia de hierro en mujeres embarazadas es alta en México y en el mundo por lo que además del consumo de alimentos ricos en hierro como las carnes rojas, el hígado, huevo, leguminosas, verduras de hojas verdes, cereales y harinas adicionadas, etc.; se ha sugerido suplementarlo ya sea semanal o diariamente.

Con relación al ácido fólico una deficiencia de éste durante la gestación se ha relacionado con defectos de cierre del tubo neural (DTN), esto es bastante frecuente en México, por lo que es importante promover el consumo de alimentos ricos en esta vitamina como son el hígado y otras vísceras, verduras de hojas verdes, brócoli, coliflor, aguacate y algunas frutas como la naranja y el plátano entre otros, además de que se recomienda a todas las mujeres con posibilidad de embarazo tomen un suplemento de ácido fólico, por lo menos un mes antes de embarazarse y continúen consumiéndolo durante el embarazo.

Se recomienda que la embarazada realice actividad física a menos que exista alguna contraindicación en específico. El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología recomienda que las embarazadas sanas realicen 30 minutos o más al día de actividad física moderada todos o casi todos los días de la semana, éste deberá ser similar al que la mujer realizaba antes de embarazarse o empezar poco a poco. Se deben evitar deportes de contacto y de alto impacto.

Durante el embarazo la mujer suele estar muy receptiva a adoptar hábitos saludables, una alimentación correcta y realizar actividad física son factores que puede ayudar a que el embarazo llegue a feliz término.

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