Cuida tu corazón este 14 de febrero
- Escrito por Redacción
- Publicado en Pareja saludable
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Las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte en México con una tasa anual de fallecimientos de un cuarto de millón de personas. La mayoría de las muertes ocurren por cardiopatías isquémicas, siendo el infarto al miocardio el padecimiento que considerada la más letal, ya que afecta a personas mayores de 40 años.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) el 68.5% de los mexicanos tiene problemas de obesidad y sobre peso, el 58% padece de diabetes, un 21% de dislipidemia y otro 43.2% hipertensión arterial, padecimientos que en los últimos 13 años ha crecido en 22 por ciento. La clave para tener un corazón en buen estado son dejar de fumar, rebajar el colesterol, controlar la presión de la sangre, mantener una dieta saludable y hacer ejercicio.
Los problemas cardiacos suelen ser muy variados y diferentes, tanto en sus síntomas como en sus complicaciones, aunque todos tienen un denominador común: la prevención rebaja el riesgo. Cuando uno piensa en las enfermedades del corazón tiende asociarlo con las enfermedad de las arterias coronarias o enfermedad coronaria, una condición muy común provocada por un estrechamiento de las arterias del corazón. Es una enfermedad principal y puede desencadenar otras afecciones coronarias, pero hay muchas más. Existen muchos tipos de enfermedades cardiacas pero la causa más común es el estrechamiento o bloqueo de las arterias coronarias, los vasos sanguíneos que suministran sangre al propio corazón. A esto se le llama enfermedad de las arterias coronarias y se desarrolla lentamente con el transcurso del tiempo. Es la causa más importante por la cual las personas sufren infartos.
La miocardiopatía o cardiomiopatía es, junto a las enfermedades específicas del músculo del corazón, lo que se considera una enfermedad del miocardio. Dicho trastorno afecta a las células que forman el tejido del corazón y provoca una pérdida de fuerza en la contracción del corazón, lo que empeora el bombeo de sangre para ser distribuida por todo el cuerpo para el funcionamiento normal de las células, los tejidos y los órganos. Existen diversas formas de reducir las probabilidades de padecer una enfermedad cardiaca, entre ellas está: control de la presión arterial; disminución del colesterol; no fumar y hacer ejercicio.