Tus padres te necesitan

A medida que tus padres envejecen, ¿cómo puedes tener la seguridad de que se cuidan bien y se mantienen sanos? Cuando los visites, piensa en hacerles estas preguntas.

¿Pueden cuidarse solos?

Fíjate en la apariencia de tus padres. Si son incapaces de seguir con su rutina diaria, como bañarse y cepillarse los dientes, eso podría ser una señal de demencia, depresión o discapacidad física.

Además, presta atención al estado de la vivienda de tus padres. ¿Funcionan las luces? ¿Está encendida la calefacción? ¿Ha crecido el césped?

¿Están perdiendo la memoria?

Todos olvidamos cosas de vez en cuando. Tener un poco de problemas con la memoria es una parte común del envejecimiento que, a veces, puede ser el efecto secundario de algún medicamento o deberse a la contribución de alguna afección oculta.

Sin embargo, hay una diferencia entre los cambios normales en la memoria y el tipo de pérdida de la misma, que dificulta hacer las actividades cotidianas, como conducir o ir de compras.

¿Viven seguros en su casa?

Echa un vistazo al hogar de tus padres en busca de señales de alerta. ¿Tienen dificultad para subir y bajar por las escaleras estrechas? ¿Se cayó recientemente alguno de ellos? ¿Pueden leer las instrucciones que se incluyen en los envases de los medicamentos? Si les preguntas acerca de sus medicamentos, ¿pueden explicarte cómo prepararlos o tomarlos?

¿Pueden tus padres ir y venir sin peligro?

Conducir puede ser complicado para los ancianos. Si tus padres se confunden cuando están al volante o si te preocupa que no puedan conducir con seguridad, especialmente si ya cometieron alguna infracción de tránsito o tuvieron un accidente, tal vez lo mejor sea que dejen de conducir.

¿Están bajando de peso?

Bajar de peso sin proponérselo podría ser la señal de que algo anda mal. El adelgazamiento podría relacionarse con muchos factores, tales como puede ser, dificultad para cocinar. Es posible que a tus padres les cueste encontrar la energía para cocinar y que les sea difícil agarrar las herramientas necesarias o leer las etiquetas y las instrucciones de los productos.

Pérdida del sentido del gusto o del olfato. Tus padres pueden perder el interés en comer si la comida no sabe ni huele tan bien como antes.

¿Cómo están de humor tus padres?

Presta atención al estado de ánimo de tus padres y pregúntales cómo se sienten. Un cambio radical en el estado de ánimo o en su actitud podría ser un signo de depresión o de otros problemas de salud.

¿Mantienen todavía su vida social?

Conversa con tus padres acerca de sus actividades. ¿Se mantienen en contacto con los amigos? ¿Mantienen su interés por pasatiempos u otras actividades diarias? ¿Participan en organizaciones, clubes o comunidades religiosas?

Cuando el padre o la madre ya no quieren estar con otras personas, eso podría apuntar hacia la presencia de un problema.

¿Pueden movilizarse solos?

Presta atención a la manera en la que caminan tus padres. ¿Se muestran reacios a caminar las distancias habituales o no pueden hacerlo? ¿Han sufrido alguna caída recientemente? ¿Sería beneficioso para alguno de ellos usar un bastón o un andador?

Los problemas, como la debilidad muscular y el dolor de articulaciones, también pueden dificultar la movilidad. Si tus padres no tienen estabilidad al caminar, podrían caerse y las caídas son una de las principales causas de discapacidad entre los ancianos. 

Modificado por última vez enLunes, 02 Julio 2018 06:58

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