La importancia de una buena postura para lactar
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La importancia de una buena postura para lactar es fundamental tanto para la madre como para el bebé, ya que permite que el proceso de amamantar sea más eficiente y cómodo, reduciendo el riesgo de problemas como dolor de pezones, mastitis y de succión en el bebé.
Para la mamá, una postura incorrecta puede llevar a tensiones musculares en el cuello, espalda y hombros. Estas tensiones no solo generan incomodidad durante la lactancia, sino que también pueden tener efectos negativos a largo plazo en la salud postural y emocional de la madre.
De acuerdo con Boppy, para el apoyo de una buena postura existen diversos accesorios que pueden ayudar a que tanto la mamá como el bebé puedan estar cómodos, y uno de los principales accesorios es “El Cojín de Lactancia”.
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Posición de crianza biológica
La mamá se coloca recostada (entre 15 y 65º) boca arriba y el bebé boca abajo, en contacto piel con piel con el cuerpo de la madre. Esta postura permite al bebé desarrollar los reflejos de gateo y búsqueda. La mamá le ayuda a llegar al pecho ofreciendo límites con sus brazos.
Posición acostada
La mamá se sitúa acostada de lado, con el bebé también de lado, con su cuerpo enfrentado y pegado al cuerpo de la mamá. Cuando el bebé abre la boca, la mamá puede acercarlo al pecho empujándole por la espalda, con suavidad, para facilitar el agarre.
Fútbol americano o balón de rugby
En esta postura, la mamá sostiene al bebé por debajo de su brazo, con sus pies apuntando hacia atrás. El cuerpo del bebé está apoyado sobre una almohada a un lado de la madre, lo que le permite un control total de la cabeza del bebé y facilita un buen agarre.
Posición de caballito
El bebé debe estar sentado sobre una de las piernas de la mamá, con el abdomen pegado para introducir el pecho en la boca del bebé. Esta postura es útil en casos de grietas, reflujo gastroesofágico importante, labio leporino o fisura palatina, prematuros, mandíbula pequeña (retromicrognatia) o problemas de hipotonía.
Posición sentada (o posición de cuna)
Se coloca al bebé con el tronco enfrentado y pegado a la mamá. La mamá lo sujeta con la mano en su espalda, apoyando la cabeza en el antebrazo, pero no muy cerca del codo para que el cuello no se flexione, lo que dificultaría el agarre. Con la otra mano tendrá que dirigir el pecho hacia la boca del bebé y en el momento en que éste la abre, lo acerca con suavidad al pecho.
Cada mamá y bebé pueden encontrar qué postura específica funciona mejor para ellos, pero la clave es asegurarse de que ambos estén cómodos y relajados. El uso de almohadas de lactancia puede ser beneficioso para apoyar tanto al bebé como a la mamá, permitiendo mantener una alineación adecuada.