Hipoacusia en mujeres, la detección temprana es crucial
- Escrito por Héctor Jair Pineda
- Publicado en Pareja saludable
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Conocida también como sordera parcial, la hipoacusia es la disminución de la sensibilidad auditiva. Una detección temprana posibilita identificar problemas en sus primeras etapas y facilita el acceso a un tratamiento oportuno.
La pérdida auditiva tiene un impacto significativo en el estilo de vida de las mujeres de todas las edades, desde dificultad de interacción en entornos familiares hasta problemas de comunicación en el entorno laboral o escolar. La compañía líder en soluciones médicas auditivas, MED-EL, señala que las mujeres llegan a ser más susceptibles a problemas auditivos derivados de factores biológicos, enfermedades crónicas, cambios hormonales, etapas de gestación y factores ambientales, por lo que es fundamental una detección oportuna, para recibir el mejor tratamiento de acuerdo con cada caso.
Además, la sordera ocasiona dificultades en la interacción con los entornos más cercanos, lo que a su vez podría desencadenar sentimientos de aislamiento y depresión, afectando el bienestar emocional. Asimismo, la hipoacusia no tratada contribuye a aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia.
Existen padecimientos que afectan más a las mujeres que a los hombres, regularmente después de los 35 años, como alteraciones hormonales en algunos padecimientos, que pueden ocasionar variaciones metabólicas y vasculares a nivel del oído interno. Además, la osteoporosis, una enfermedad crónica, tiene mayor prevalencia en mujeres mayores de 60 años, esta afección podría afectar algunos huesecillos del oído medio, provocando problemas auditivos en muchos casos.
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Según datos de la Secretaría de Salud mencionan que, en México, aproximadamente 2.3 millones de personas padecen discapacidad auditiva, de las cuales poco más del 34% tienen entre 30 y 59 años.
La sordera puede manifestarse con síntomas como dificultad para entender conversaciones, especialmente en entornos ruidosos, y la necesidad de aumentar el volumen de dispositivos electrónicos. Otros indicios que son señales de alarma e indispensables de atender, incluyen la dificultad para seguir conversaciones en grupo y dejar de escuchar sonidos cotidianos, como el timbre o la alarma de un despertador.
Una atención temprana, evaluaciones auditivas regulares y la búsqueda de soluciones adecuadas, ayudan a mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan esta condición, los avances tecnológicos y un seguimiento profesional amplían la posibilidad de volver a escuchar.
