Durante el primer año de vida, la introducción de alimentos diferentes a la leche humana es crucial para el crecimiento y desarrollo de los niños, debido a que la intención es complementar los nutrimentos que ya la lactancia materna exclusiva no puede brindarle (especialmente energía, hierro, calcio, vitamina A, folatos y zinc). Dicha introducción o alimentación complementaria ha cambiado en los últimos años ya que ahora se sabe que, al retrasar algunos alimentos hasta el año de edad, como se hacía hace algún tiempo, puede aumentar el riesgo de alergias o de problemas para aceptar una mayor variedad de sabores y alimentos más adelante.