La salud en la era de la digitalización
- Escrito por Guillermo Bilbao
- Publicado en Opinión
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En unas horas, usted tiene cita con su médico de cabecera. Él ha estado recibiendo en los últimos días un reporte de sus signos vitales basados en los datos que su reloj inteligente ha recabado mediante una aplicación móvil, mismos que se han almacenado en su expediente electrónico.
Usted y él conversaron anteriormente en una cita virtual sobre su salud y los síntomas que presentaba. A partir de esta información y de la consulta presencial, el doctor podrá hacer un diagnóstico preciso y administrar un tratamiento adaptado y personalizado.
Este escenario hubiera sido impensable hace algunos años. En la era de la digitalización, los sistemas de salud han evolucionado de manera significativa para no solamente facilitar el trabajo de los profesionales de la salud, sino también para elevar el involucramiento del propio paciente. Más aún, se encaminan hacia un modelo en el que se utilizan los datos de manera mucho más inteligente y práctica.
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De los años 90, cuando surgieron los primeros sistemas de información hospitalaria (HIS, por sus siglas en inglés), que se enfocaban en el manejo de datos administrativos y operativos, para después integrar datos clínicos de manera pasiva, al día de hoy en que los actuales HIS apoyan al clínico en la toma de decisiones, y donde los profesionales de la salud se enfocan en la usabilidad y los pacientes tienen una participación activa, ha habido avances significativos.
La tecnología ha hecho posible que los sistemas de salud puedan compartir información de forma confidencial y cumplir con las normas internacionales más exigentes. También han desarrollado la capacidad para recibir información en tiempo real, procesar grandes volúmenes de datos (Big Data) y utilizar la inteligencia artificial (IA) en la gestión sanitaria, así como incorporar el Internet de las Cosas (IoT) a los flujos operativos.
En la última década han surgido nuevas tecnologías que permiten a las instituciones de salud mejorar la atención, optimizar el consumo de recursos, reducir retrasos y permitir la comunicación y la movilidad. Este nuevo escenario repercute en cuatro áreas específicas.
- El empoderamiento de los pacientes en su proceso de recibir servicios médicos a través de nuevos modelos de atención, servicios virtuales, espacios de interacción físicos y digitales (phygital), y consentimiento activo.
- Hoy el paciente se convierte en el punto central para el intercambio de información sanitaria entre los HIS.
- Nuevos modelos de negocio basados en la tecnología, donde Big Data, IoT, el desarrollo colaborativo y el intercambio de conocimientos son esenciales.
- Las nuevas herramientas técnicas se vuelven más adaptables y se enfocan en la sostenibilidad de los recursos.
Nuevo modelo de atención
La interoperabilidad clínica se convierte en un catalizador para establecer una conexión entre los centros de salud, sean estos hospitales, clínicas, consultorios y laboratorios, por ejemplo, que pueden intercambiar datos basándose en estándares bien definidos.
Las aplicaciones móviles y dedicadas a las que tienen acceso los usuarios en el mundo digital tienen un rol esencial en esta interoperabilidad. Se observan hoy casos de uso en los que estas aplicaciones pueden monitorear permanentemente el ritmo cardiaco, la presión arterial, los niveles de oxigenación o glucosa y la capacidad respiratoria, por ejemplo. Más aún, a través de estas herramientas es posible agilizar la provisión de nuevos servicios de salud.
Es crucial también que las instituciones de salud tengan acceso a dicha información de forma segura y regulada, mediante una plataforma única.
Teniendo como base este proceso, los sistemas de salud están abriendo la puerta a un nuevo modelo de atención médica que se deriva en beneficios clave para pacientes, profesionales y organizaciones.
Para los pacientes, estos beneficios radican en el acceso y control sobre su historial de salud, así como poder asistir a diferentes centros de asistencia y tener un mayor acceso a los servicios de salud. Desde una perspectiva clínica, los datos individuales permiten diseñar el tratamiento idóneo altamente personalizado.
Lo anterior repercute en una mejor salud de la comunidad al proveer información agregada de otros ciudadanos, lo que puede contribuir a mejorar los servicios médicos y círculos comunitarios.
Los profesionales de la salud, por su parte, tienen acceso a un expediente clínico unificado que se alimenta de múltiples fuentes y que facilita la toma de decisiones, al tiempo de reducir los errores en la atención. Por ende, se eleva la eficiencia y la satisfacción del paciente pues también se reduce la redundancia de pruebas y procedimientos.
Gracias a la recopilación de datos simplificada, es posible realizar un monitoreo integrado e implementar estándares de calidad en la atención médica; se facilita además la comunicación entre estos profesionales.
Las instituciones de salud pueden disponer de datos precisos sobre la salud de la población para monitorear y reportar datos sobre la calidad de la atención y detectar cualquier deficiencia. Se eleva también su capacidad de interoperar más allá de la red de asistencia, generando una continuidad de los cuidados asistenciales, optimizando la cartera de servicios, ahorrando costos y eficientando su operación.
Los sistemas HIS tienen aún tienen un gran potencial para evolucionar digitalmente, y será con el apoyo de la tecnología que se creen modelos de salud más avanzados para brindar un cuidado médico integral a las personas.
El autor es Director de Salud de Minsait en México.