Hepatitis C, falta camino por recorrer

México es el segundo país de América Latina con mayor número de personas portadoras del virus de la Hepatitis C, con alrededor de 600 mil infectados según las cifras oficiales.

Hay que destacar que en 2019 se puso en marcha el Programa Nacional para la Eliminación de Hepatitis C, coordinado por el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (Censida) y que goza de la participación transversal de todo el sector salud con base en el modelo de sanidad para el bienestar, en conjunto con organizaciones sin fines de lucro, instituciones públicas, farmacéuticas, médicos y familiares.

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En el marco del seminario web Voces de líderes comunitarios en Hepatitis C, organizado por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), se presentaron diversas experiencias y perspectivas de personas con esta enfermedad, presente a lo largo del país, con el objetivo de brindar información respecto al virus y su tratamiento disponible.

El virus de la Hepatitis tipo C (VHC) se transmite vía sanguínea o por intercambio de fluídos. Anteriormente la mayoría de los casos eran derivados de transfusiones, pero en la actualidad se da por hábitos y conductas relacionadas al uso de drogas inyectables e intranasales, por lo que entre los grupos de riesgo se encuentran las personas privadas de su libertad, las personas con piercings y tatuajes o bien, pacientes que necesitan hemodialisis, y hemoderivados como son los receptores de trasplantes antes de 1995 y sus hijos, lo que lo convierte en un problema de salud pública a nivel mundial.

“Nuestro principal propósito es encontrar a las personas que tienen Hepatitis C y no lo saben, para canalizarlos hacia el tratamiento necesario, esta es la única enfermedad crónica que se puede curar”, dijo Miriam Castellot, directora ejecutiva de la Asociación Unidos por una Vida Mejor. “Yo fui portadora del virus por más de 35 años, pero hace tres me curaron”.

Aun no existe una vacuna, pero con el pronto diagnóstico y canalización hacia la atención medica la enfermedad desaparece en tan solo 3 meses, con el uso de tratamientos de última generación disponibles en el sistema de salud, sin costo para el paciente, resultado de la participación política y la sociedad civil.

El apego al tratamiento es crucial en la atención de las personas con VHC, un ejemplo de ello es Irma, una mujer de 56 años quien se inyecta sustancias y entró al programa Conexiones Saludables, impulsado por la Asociación Prevencasa.

Gracias al apoyo y acompañamiento de la organización, muchas personas como Irma lograron mantener su medicación y mejorar su salud, ya que la agrupación enfoca su trabajo en la reducción del daño y la NOM028 para la prevención, tratamiento y control de adicciones. Es decir, se enfocan en todas las acciones que ponen como prioridad la detección y cura desde una postura pragmática y humanitaria, sin cuestionar el hecho de consumir narcóticos, explicó la maestra Lilly Pacheco, coordinadora de la organización.

“Las poblaciones que viven con Hepatitis C y además VIH son prevalentes para el programa, ya que se consideran como relevantes. Nuestro objetivo es asegurarnos de que las personas clave reciban atención, mantengan la medicación y se curen en 12 semanas. Las circunstancias no son una limitación con la correcta organización”, expuso el doctor Carlos Cabrera May, director ejecutivo de la Fundación BAI en su conferencia.

Modificado por última vez enJueves, 11 Febrero 2021 05:47

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