Niños y diabetes
- Escrito por Redacción
- Publicado en Bienestar 24 horas
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Cuando un niño es diagnosticado con diabetes, los padres reciben un fuerte impacto emocional, ya que es una condición crónica que va a requerir tratamiento y cuidados para toda la vida.
Durante la conferencia “el impacto emocional de la diabetes”, realizada por la Federación Mexicana de Diabetes, y la compañía farmacéutica Novo Nordisk, el Dr. Christian Lugo, gerente académico de la Federación, hizo hincapié en que el acompañamiento de los cuidadores (padres) de un paciente con diabetes después del diagnóstico es fundamental.
La carga emocional a la que están sometidos puede llegar a ser abrumadora y el adecuado manejo emocional del paciente y sus familiares resulta determinante en el apego y seguimiento de su tratamiento, así como en el buen control de la diabetes.
Al momento del diagnóstico, los padres enfrentan sentimientos de confusión, se preguntan por qué su hijo tiene diabetes, qué pudo haber causado esta condición y enfrentan sentimientos de culpa. Se sienten decepcionados, entran en duelo y temen que su hijo no tenga un desarrollo normal y que su vida transcurra sin éxito. El especialista informó que este duelo tiene 5 etapas.
- Negación. Los padres se resisten a lo que está pasando, piensan que el médico se equivocó o que el laboratorio puso el nombre de su hijo erróneamente.
- Enojo. Esto se refleja en ira y agresividad; los padres se preguntan ¿por qué a mi hijo?, ¿qué hicimos para merecer esto?
- Negociación. Los padres hacen lo que sea necesario con tal de que el niño pueda vivir con esta condición; se comprometen a cuidarlo más y a darle un estilo de vida más sano, con alimentación adecuada y actividad deportiva.
- Depresión. Surge cuando los padres no ven los resultados adecuados en cuanto a metas de control y que su hijo no puede tener una vida normal, como sus compañeros de escuela.
- Aceptación. Los padres piden el apoyo del profesional de la salud; se informan más sobre la diabetes y aprenden a vivir con ella, haciendo cambios favorables en el estilo de vida familiar.
El especialista hizo hincapié en que lo importante es que tanto el niño como los familiares sientan que la diabetes no es un límite para sus vidas. Para aprender a vivir con diabetes. Brindó estas recomendaciones.
- Expresar sentimientos positivos y mantener la comunicación con el profesional de la salud.
- Aprender a diferenciar lo que no se puede cambiar y lo que sí se puede hacer. Es muy importante continuar con las actividades de la vida diaria, convivir, realizar actividades deportivas y culturales.
- Tener confianza y utilizar herramientas dadas por el médico para tomar las decisiones adecuadas, por ejemplo, medir los niveles de glucosa en sangre sin esperar a que el médico lo haga.
- Buscar el apoyo de personas que estén pasando por la misma situación; lo que contribuye a un mejor control de la diabetes.
- Convencerse de que vivir con diabetes sí es posible y con una buena calidad de vida.