Combaten enfermedades no transmisibles
- Escrito por Redacción
- Publicado en Bienestar 24 horas
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Los delegados de los países que participan en la 71ª Asamblea Mundial de la Salud, alcanzaron acuerdos en torno a temas como las enfermedades no transmisibles y la tuberculosis, dos enfermedades que serán abordadas en reuniones de alto nivel en Naciones Unidas en septiembre de este año.
Por otro lado, los representantes de los estados miembros consideraron el plan estratégico de acción quinquenal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la transición a la poliomielitis.
También respaldaron una resolución que insta a los países afectados por el cólera a implementar una hoja de ruta que busca reducir las muertes por esta enfermedad.
Enfermedades no transmisibles
Los delegados de la Asamblea Mundial de la Salud pidieron intensificar las acciones en la lucha mundial para combatir las enfermedades no transmisibles.
Esto incluye instar a los jefes de Estado y gobierno a participar en la Tercera Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Prevención y Control de las Enfermedades No Transmisibles (ENT), que se celebrará el 27 de septiembre de 2018.
Los estados miembros reiteraron que, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la comunidad internacional se ha comprometido a reducir en un tercio las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles para 2030, principalmente por enfermedades cardiovasculares, cánceres, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas.
También existe el compromiso con promover la salud mental y el bienestar. Cada año, 15 millones de personas de 30 a 70 años mueren a causa de una enfermedad no transmisibles.
Polio
Los delegados consideraron un plan de acción estratégico de la OMS a cinco años sobre la transición en la poliomielitis, diseñado para fortalecer los sistemas de salud de los países que se vean afectados por la reducción y el eventual cierre de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (EPGI).
El plan estratégico se basó en las prioridades establecidas en los planes de transición de gobiernos nacionales y se desarrolló en estrecha colaboración con las oficinas regionales y nacionales de la OMS.
La implementación del plan requerirá la coordinación con todos los socios a nivel de país y mundiales. El plan complementa el estudio de la OMS sobre la viabilidad de la inmunización en África, que apunta a fortalecer estas capacidades en ese continente, y también los importantes avances logrados en la integración de las funciones de la poliomielitis en la región del Sudeste Asiático.
Tuberculosis
En una resolución, los delegados instaron al director general de la OMS, a los Estados Miembros y a los socios a que continúen apoyando los preparativos para la reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el fin de la tuberculosis, que se realizará en septiembre de este año.
La resolución también compromete a los Estados Miembros a acelerar sus acciones para erradicar la tuberculosis, basándose en los compromisos de la Conferencia Ministerial Mundial de la OMS para terminar con la tuberculosis, que se organizó en Moscú en noviembre de 2017.
Además, celebra los esfuerzos de la OMS para desarrollar un marco multisectorial de rendición de cuentas, y solicita que desarrolle una nueva estrategia global para la investigación e innovación en tuberculosis, y respalda los siguientes pasos para lograr esos objetivos.
La tuberculosis se cobró 1,7 millones de vidas en 2016 en todo el mundo, incluidos 0.4 millones entre las personas con VIH.
Cólera
Los delegados aprobaron una resolución que insta a los países afectados por el cólera a implementar una hoja de ruta que apunta a reducir las muertes por la enfermedad en un 90% para 2030.
La resolución también insta a la OMS a aumentar su capacidad para ayudar a los países a combatir la enfermedad; a fortalecer la vigilancia y el reporte del cólera; y a fortalecer su liderazgo y la coordinación de los esfuerzos mundiales de prevención y control de esta enfermedad.
El cólera mata a unas 95 mil personas y afecta a 2,9 millones más cada año, afectando desproporcionadamente a las comunidades que ya están agobiadas por el conflicto, la falta de infraestructura, los sistemas de salud deficientes y la malnutrición. Más de 2 mil millones de personas en el mundo todavía carecen de acceso a agua potable y tienen un riesgo potencial de contraer la enfermedad.