Cirugía de invasión mínima, la solución
- Escrito por Redacción
- Publicado en Bienestar 24 horas
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Las hernias discales suelen provocar mucho dolor en los pacientes y entumecimiento de las extremidades inferiores. Generalmente, los médicos recomiendan medicamentos y fisioterapia.
Si estos no surten efecto, el siguiente paso es una intervención quirúrgica. La mejor opción es para estos casos es una cirugía de invasión mínima en lugar de la operación tradicional.
La cirugía de invasión mínima puede ser una buena manera de tratar una hernia de disco que no responde al tratamiento conservador no quirúrgico.
Sin embargo, el paciente siempre debe someterse a una evaluación completa previa a manos de un especialista para verificar que es buen candidato para el procedimiento.
Si lo es, este tipo de cirugía generalmente conlleva un período de recuperación más corto y menor riesgo de complicaciones que una operación tradicional de la columna.
Los discos intervertebrales de la columna son articulaciones ubicadas entre los huesos de la columna, llamados vértebras. Las vértebras y los discos se apilan para crear la columna vertebral.
Los discos sirven de amortiguación entre las vértebras y tienen un centro suave, rodeado de capas exteriores más fuertes. La hernia de disco ocurre cuando parte de esa sustancia suave se escapa a través de una grieta en las capas externas del disco.
La hernia de disco puede irritar o comprimir la raíz de algún nervio aledaño de la columna y, como consecuencia, puede haber dolor en la espalda o el cuello, junto con dolor, entumecimiento o debilidad en el brazo o la pierna.
El tratamiento de una hernia de disco empieza con terapias no quirúrgicas, como medicamentos y fisioterapia. Se puede también considerar inyecciones. No obstante, cuando nada de eso funciona o hay dolor fuerte o debilidad, entonces se recomienda la cirugía.
El procedimiento tradicional para el tratamiento quirúrgico de la hernia de disco se conoce como disectomía. En esa operación, el cirujano hace una incisión en la espalda, retira los músculos y tendones que rodean la columna y extrae la parte del disco que presiona sobre el nervio.
En el caso de varias hernias de disco recurrentes, posiblemente se extraiga todo el disco. Si bien aquello no es común, cuando ocurre, el cirujano normalmente llena el espacio con un pedazo de hueso y fusiona las vértebras en ambos lados con piezas metálicas.
En la cirugía de invasión mínima de la columna, en cambio, el cirujano hace una pequeña incisión en la piel que no suele medir más de 16 a 18 milímetros. Luego, introduce pequeños instrumentos a través de la piel y del músculo a fin de llegar al disco y extraer la parte dañada.
Una de las ventajas de la cirugía de invasión mínima es que no requiere que el cirujano retire los músculos ni los tendones cercanos a la columna.
Dejarlos en su lugar reduce el tiempo de recuperación necesario después de la cirugía y posiblemente también disminuye el riesgo de problemas posquirúrgicos, como la enfermedad del segmento adyacente, afección en la que se degeneran las secciones de la columna que están por encima y por debajo de la hernia de disco.
La cirugía de invasión mínima de la columna no es lo correcto para todos. Cuando los problemas de la columna implican varios segmentos con hernias de disco u otras enfermedades de la columna, este método tal vez no sea lo adecuado.
Una evaluación minuciosa previa a la cirugía, que incluye radiografías, resonancia magnética y, a veces, tomografía computarizada, puede determinar si sería provechoso en esa situación adoptar el método de invasión mínima en la cirugía de la hernia de disco.
Converse con su cirujano acerca de las ventajas específicas en su caso y de los riesgos de la cirugía de invasión mínima de la columna, a fin de que pueda decidir si ese tipo de operación es lo correcto para usted.