Alergias, ¿culpa del cambio climático?

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El cambio climático no sólo significa el calentamiento de los océanos y el deshielo de los glaciares, este fenómeno también está generando un incremento en el número, intensidad y duración de las alergias.

Esto ocurre porque a un importante número de alergias las detona el polen. Al elevarse la temperatura se produce más dióxido de carbono (CO2), el cual “alimenta” a las plantas, haciendo que las polinizaciones ocurran cada vez más temprano, y que sean cada vez más prolongadas e intensas.

Al mismo tiempo, los cambios climáticos, como las tormentas durante las estaciones de polinización, pueden inducir la hidratación de los granos de polen y su fragmentación, generándose aerosoles biológicos atmosféricos que transportan alérgenos.

Por si fuera poco, algunas de las partículas que forman parte de la contaminación del aire también pueden transportar alérgenos vegetales a las vías respiratorias, mientras que la contaminación del aire daña y altera la mucosa de las vías respiratorias, favoreciendo la exacerbación de los síntomas de la alergias al polen (rinitis alérgica), incluyendo secreción nasal acuosa, picazón en la nariz e irritación de los ojos.

El Dr. Víctor Mundo Cuervo, Gerente Médico de la División Consumer Health de Bayer de México y experto en medicamentos de venta sin receta, dijo que el cambio climático se convierte en un aliado perverso de las alergias, de manera que hoy son más prevalentes, complejas y agresivas, convirtiéndose en un problema de salud pública que afecta a 4 de cada 10 personas en el mundo. 

“De no controlarse la alergia, la persona sufrirá consecuencias importantes a nivel físico como rinitis, infecciones y asma, mientras que en el plano emocional y social, experimentará cansancio, frustración, ira y con frecuencia quedará aislado en su esfuerzo por evitar sitios donde pueda ‘toparse’ con los alérgenos que lo afectan”, subrayó.

Para quienes tienen rinitis alérgica, parece un deseo casi imposible la visita a parques, jardines, terrazas y otros espacios abiertos. 

Incluso, simplemente salir a la calle en un día de alta contaminación se puede convertir en una travesía que implique cargar un arsenal de pañuelos y la permanente incomodidad de sentirse enfermo.

Modificado por última vez enMiércoles, 25 Octubre 2017 08:35

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