Dislipidemia y los padecimientos del nuevo milenio

En el caso de la dislipidemia – una serie de padecimientos relacionados con altos niveles de colesterol en la sangre- que afecta principalmente a la población adulta. Un estilo de vida sedentaria, la mala alimentación y el estrés son algunos de los factores de riesgo que conllevan a estos males.

Las personas con sobrepeso o adictas al cigarro son más propensas a las enfermedades cardiovasculares como la arterosclerosis; por su parte, los diabéticos son cinco veces más propensos a sufrir un infarto. El individuo promedio debe tener 100 miligramos/ decilitro de LDL (Lípido de Baja Densidad) en la sangre; sin embargo, podemos vivir con el nivel de colesterol que tenemos al nacer que es 25 miligramos/ decilitro, “Mientras más bajo el colesterol, es mejor” asegura el doctor Xavier Escudero, director de Cardiología Intervencionista de CARDICA del Instituto Cardiovascular de Cuernavaca.

Hoy en día, México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y el segundo lugar en obesidad general de todo el mundo; esto se debe a la falta de educación de la salud y la inexistente cultura de la prevención en la población. Aunque es importante que las instituciones gubernamentales y de salubridad dicten leyes y desarrollen programas sociales para promover la sana alimentación y la actividad física, la comunidad médica juega un papel primordial en el control de estas enfermedades pues son los encargados en controlar los factores de riesgo.

Es importante mencionar que una persona que goce de buena salud, tenga una buena alimentación y haga ejercicio de forma regular puede tener colesterol alto, esto se debe a que el cuerpo metaboliza entre el 10 y 20 por ciento del colesterol y por lo tanto, es necesario el uso de medicamentos, como las “estatinas”, para mantener los niveles adecuados de LDL.

Sin embargo, además de que presentan algunos efectos secundarios como dolores musculares y problemas gastrointestinales, las estatinas no suelen ser eficaces para el tratamiento de la dislipidemia. Pero el desarrollo de la biotecnología ha permitido a los laboratorios crear anticuerpos que atacan directamente al problema sin afectar ningún otro sistema; tal es el caso de “Evocolumab”, un anticuerpo monoclonal que destruye el LDL, también llamado colesterol malo, y logra reducir los niveles hasta un 75%.

Este medicamento creado por el laboratorio AMGEN fue probado en 27 mil pacientes con una edad de 40 a 85 años durante más de dos años como parte de un estudio llamado “Fourier”, donde a cada individuo se le inyectaba una dosis de “Evocolumab” cada 15 días o cada mes, logrando excelentes resultados; posteriormente, se realizó un sub-estudio llamado “Ebbinghaus” para verificar que el tratamiento no afecte procesos neuro-cognitivos en los pacientes.

“Evocolumab” también fue probado en algunos niños con altos índices de colesterol y en personas con hipercolesterolemia, un padecimiento de difícil control, pues los niveles de colesterol están por arriba 1000 miligramos/ decilitro y la mayoría de los pacientes mueren a temprana edad, víctimas de un infarto.

La edad para la realización del tratamiento depende de cada persona, pero la edad recomendada es a partir de los 12 años; cabe señalar que las mujeres embarazadas o en lactancia no pueden recibir este tratamiento. Además del medicamento, el paciente debe seguir una dieta adecuada.

A pesar de los avances médicos para el control de la dislipidemia y de las enfermedades cardiovasculares, los especialistas siempre recomiendan la cultura de la prevención y el cuidado de la salud, “Estas enfermedades representa un gran gasto económico, no sólo por el tratamiento, sino por el grado de invalidez de los pacientes, que deriva en una persona no productiva”, comenta el doctor Enrique Morales, Director del Centro de Investigación Cardiometabólica en Aguascalientes.

Por lo tanto, es importante que la población sea consciente de los riesgos a la salud que conlleva el estilo de vida actual y que siempre es mejor una revisión médica de rutina que un tratamiento de alto costo que puede ser de por vida.