Envío de mujeres a clínicas pro-aborto favorecido por médicos del gobierno de la CDMX
- Escrito por Redacción
- Publicado en Bienestar 24 horas
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Una presunta ‘red’ de médicos de los hospitales de la Ciudad de México estaría facilitando que mujeres con más de doce semanas de embarazo sean enviadas a clínicas privadas donde les practican costosos procedimientos quirúrgicos para abortar.
Lo anterior, a pesar de que el discurso oficial de las autoridades capitalinas afirma que la práctica de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) sólo se realiza bajo lo estipulado por las modificaciones aprobadas por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en el 2007.
Una detallada investigación revela que dicha “red” de médicos vinculados al Sector Salud y a clínicas privadas se aprovecharía de una libre interpretación de la normativa creada hace diez años para practicar abortos a mujeres más allá de su tercer mes de embarazo y, además, sin proporcionarles asistencia psicológica especializada tras la intervención.
Mediante una consulta simulada por una paciente, menor de edad y con un embarazo de cuatro meses, se constató que el personal médico del Hospital Materno Infantil de Inguarán en la Ciudad de México recomienda a las mujeres acudir a clínicas privadas, incluso a un centro operado por una asociación civil en el que aseguran se han practicado 1,500 abortos por año. Una actividad que la ley contraviene.
La doctora del Materno-Infantil, identificada como L. G., hace la recomendación a la paciente de un doctor que desde 2009 ha realizado abortos en una clínica privada y le asegura que todos estos médicos operan de manera conjunta: “Vaya con el doctor que está en Villa Coapa, por el metro Taxqueña, es mejor. Yo le recomiendo que vaya con él, le voy a dar su teléfono. Todos estamos en la red, nada más que nosotros estamos en la Secretaría [de Salud]”.
Desde abril del 2007, después de que se legalizara en la Ciudad de México esta práctica en mujeres embarazadas con hasta doce semanas de gestación, el sistema de salud capitalino ha realizado 176,355 procedimientos de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) pero aún está sancionado cualquier aborto fuera de ese periodo y sólo hay excluyentes de responsabilidad penal para situaciones concretas.
Ese marco legal no impide, sin embargo, que médicos del sector salud capitalino –como comprueba el testimonio obtenido por medio de la investigación- refieran a sus pacientes directamente a una red de ejecutores de abortos que, de acuerdo a la legislación vigente, realizarían procedimientos fuera de la ley
*Testimonios de mujeres que se practicaron un aborto antes o después de las 12 semanas de gestación, revelan el drama que viven. Depresión, tendencias suicidas, autoaislamiento social, algunas causas que les dejó abortar.
Odet “N” y Patricia viven en zonas distintas del país y han crecido en culturas diferentes, pero tienen algo en común: las dos pensaron en el suicidio e intentan todavía superar del todo las afectaciones que les generó practicarse un aborto en México. Las dos mujeres revelan el “horror” que han vivido en el pos-aborto.
Pero hay una doble tragedia en todo ello. Su duelo, como lo llamada Odet, lo han vivido prácticamente en secreto, porque de las secuelas que vive una mujer que ha recurrido a un aborto a nadie le interesa, por el contrario, se sienten abandonadas, frustradas, porque nadie les advirtió qué sucede después, ni cómo tratar las secuelas.
Todo ello forma parte del otro rostro de la práctica del aborto en la ciudad de México, la llamada Interrupción Legal del Embarazo (ILE) que se permite en la Ciudad de México y que este lunes 24 de abril llega a su primera década de vigencia.
Una legislación que ha mantenido en una especie de semi clandestinidad la otra cara de ese supuesto “derecho”, la que viven muchas mujeres, como Odet, Priscila o Patricia, quien dicen haber enfrentado una situación denigrante y miserable con el aborto al que se sometieron.
Sentimientos de culpa, un llanto reprimido, una mirada perdida, un rostro triste, una experiencia indescriptible, eso es lo que también hay detrás de los 176 mil 355 casos de mujeres que durante los últimos diez años recurrieron a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), política promovida con un doble discurso en donde por un lado el gobierno de la Ciudad asegura no practicar abortos, sólo ILE, pero en cuyos hospitales se canaliza a mujeres que tienen más de 3 meses de embarazo para que sea en clínicas privadas en donde se acabe con la vida del bebé por nacer.
Quizá el caso más sensible es el de Odet, quien se sometió a un aborto cuando tenía 17 años de edad y poco más de cuatro meses de embarazo. A pesar de todo, fue en una clínica privada donde, al margen de la ley, la sometieron a una intervención para hacerla abortar. Su vida dio un vuelco y hasta el día de hoy no logra recuperarse.
De la clínica materno infantil de Inguarán, perteneciente al gobierno de la Ciudad de México, la “recomendaron” con un doctor de una clínica privada que, al margen de la ley, terminó con la vida del bebé que llevaba en el vientre, relata ella y su propia madre.
-Veo a los hijos de mis hermanas y pienso en mi hijo. Sigo sintiendo lo mismo, que fue un bebé que no nació, que no lo tuve. Y eso sí me llega, narra Odet quien aceptó dar una entrevista para comentar su experiencia, de la que recuerda horas y días de llanto, se sentimientos encontrados.
Yo sola tuve que superarlo. Más allá de mi familia, nadie me apoyó. No te dicen qué hacer y qué no hacer para superar lo que has vivido. Incluso el informe de Acceso a la Información Pública de la CDMX, reconoce que esta dependencia no brinda asistencia psicológica en casos de aborto o ILE’s.
Fueron los propios doctores de ese hospital quienes le dieron la dirección y el nombre de la clínica privada donde concluyó su embarazo, a un costo de 4,500 pesos y violentando la norma que rige la ILE, que estipula como delito practicarse un aborto después de las 12 semanas de gestación.
La primera sorpresa de Odet al recurrir a la ILE, revela en entrevista, fue que en el hospital al que recurrió en primera instancia una reja separaba a una fila de niñas que van a lo mismo, a abortar; en seguida, observó cómo todas eran sometidas a revisión para determinan su condición y posteriormente, en el caso de algunas, como ella, ser enviadas a centros privados, afiliados a una Red de Hospitales privados de la que el Gobierno de la Ciudad de México sabe de su existencia.
Marilú “N”, madre de Odet, comenta: El pasado mes de enero, mi niña estaba por cumplir cuatro meses de embarazo -16 semanas, o sea 4 más de las permitidas por ley para suspender el embarazo- y fue canalizada por los servicios de Salud de la CDMX a uno de esos hospitales privados.
Después de confirmar el embarazo de 4 meses y sugerirle que fuera a determinada clínica privada, con un doctor en particular, a la mamá de la menor le exigieron el pago de $4,500.00 para poder practicar el aborto, aun tratándose de una menor de edad.
Odet aún no está plenamente consciente de que esa intervención le cambió la vida por completo, el estado de ánimo es otro, apagado, sin certeza de lo que quiere por ahora.
En el hospital privado, después de darla de alta, se olvidaron de ella sin ningún seguimiento a su estado de salud, ni a su condición emocional y psicológica, ya que la paciente quedó emocionalmente afectada, ahora enfrenta las secuelas del aborto, vive inmersa en su propia soledad, triste y sin deseos de salir adelante en su vida, comenta su mamá, Marilú,
“El aborto sí afectó a mi hija, igual que a otras que se someten a esta suspensión del embarazo”, narra Marilú y agrega que su hija, ahora de 18 años, entró en un estado depresivo: llora todo el tiempo, no sale de su cuarto y dice estar “arrepentida. Jamás lo volvería hacer”.
De una u otra forma es una muerte, es un aborto, claro, así lo vimos y lo experimentamos; es horrible vivir esto. Para mí es difícil sacarla adelante porque ella ahora vive un traumatismo, platica Marilú, llena de tristeza.
TODO ESTÁ PERMITIDO EN LA CLÍNICA PARA ABORTOS
El trabajo de investigación permitió ubicar tanto el domicilio de la clínica como al Doctor “N”, quien dijo a un reportero encubierto que sí realiza abortos incluso después de las 12 semanas de gestación, para lo cual argumentó una excusa legal para justificar su proceder.
Su mayor argumento fue que “si una mujer pone en riesgo su futuro”, es decir, que le impida seguir estudiando, ese sería un factor suficiente para que ella determine no continuar el embarazo.
El servicio médico tendría la posibilidad de hacer una intervención para practicar el aborto por el método de succión, y apelar al hecho de que es más perjudicial para ella sobre todo cuando se trate de un embarazo no planeado, justifica el médico en comentarios al periodista y cuyo testimonio está grabado.
Además, si el embarazo orilla a una mujer a renunciar a su carrera, a sus estudios, a un mejor futuro o empleo, esa es otra causal contemplada por la PLASOM y avalada por cinco organizaciones de Ginecología y Obstetricia, dice el médico para intentar justificar el por qué si procede el aborto después de las 12 semanas de gestación, aun cuando esas causales no existen ni son legales, sino que se trata de una interpretación muy general de lo que son las excusas absolutorias.
De acuerdo a la ley vigente en la Ciudad de México, sólo procedería practicar un aborto después de las 12 semanas en caso de que la vida de la madre corra peligro, exista una malformación congénita en el bebé por nacer o por violación. No existe una razón que se refiera al “riesgo para el futuro de la madre” o riesgo de “afectar sus estudios” para practicarlo.
Sin considerar que el aborto después de las 12 semanas de gestación está tipificado como un delito que se sanciona con cárcel, el Doctor M. no solamente argumenta –falsamente- que después de las 15 semanas de embarazo el aborto sí procede, sino que incluso señala que el riesgo es bastante bajo, incluso que 15 días después la mujer puede embarazarse otra vez.
DENIGRANTE Y MISERABLE ABORTAR: PATRICIA
“Después del segundo aborto yo me quería suicidar. Me sentía fatal, con la autoestima bajísima, triste, con pesadillas. Veía a los niños y me generaba un sentimiento de culpa”. Ese es el testimonio de Patricia, otra joven mujer que a los 19 años de edad ya había abortado en tres ocasiones.
Actualmente se dedica a promover el derecho a la vida. A través de pláticas sobre sus propias experiencias, ofrece conferencias en México y Estados Unidos con el propósito de orientar a mujeres que se encuentran en ese dilema.
Aclara: Yo creía en el derecho de la mujer, pero lo que no tenemos es derecho de decidir por otra persona.
Esta joven quien recurrió a una clínica privada en Estados Unidos, comprobó que al final la mujer es la que pierde. Hay mucha ignorancia, no entendemos que el aborto degrada. Aquí no existen los derechos de la mujer, lo que cuenta es que, si supiéramos lo que se sufre, nadie recurriría al aborto.
Narra cómo después de su tercer aborto, ella se quería morir; me sentía miserable, nunca me dijeron todo lo que iba a sufrir.
Al paso del tiempo Patricia, cuyo testimonio fue video grabado, consiguió trabajo en una clínica donde se practicaban abortos y fue ahí donde se dio cuenta del verdadero sacrificio al que son sometidos los bebés en gestación:
Como asistente de un Doctor me di cuenta de la verdad: Yo misma tuve que encontrar las partes de los bebés. Los vi cuando alzaron el primer brazo, una piernita, la cabecita de tres meses, su cara, sus ojos, su nariz, sus oídos. Y por supuesto escuchas los gritos de ese ser vivo que llora de dolor mientras se le va quitando la vida. Es horrible, hasta entonces entiendes todo.