No confundas una simple gripa con una alergia

Para cientos de mexicanos, cada día laboral inicia y termina con lágrimas, ojos rojos, escurrimiento nasal y estornudos. Estos molestos síntomas pueden tener su origen en alguna alergia desencadenada por elementos de la oficina como una alfombra, un mueble, el aire acondicionado, una planta o incluso el material con el que está construida o decorada la edificación, condición que, si afecta a más del 20% del personal en un área laboral se denomina Síndrome del Edificio Enfermo (SEE).

“Lamentablemente, quienes enfrentan una alergia en el trabajo suelen sufrir los síntomas por semanas, meses e incluso años, pues es muy frecuente que los confundan con los de una gripe o de un resfriado, así que sólo usan remedios como tés, o bien toman fármacos para dichas enfermedades respiratorias, los cuales a veces detienen las molestias temporalmente; sin embargo, éstas regresan tras suspender el tratamiento y exponerse nuevamente al elemento que desencadena la alergia, o peor aún, los pacientes se acostumbran a vivir con esas molestias”, explicó la Dra. María Isabel Rojo Gutiérrez, Jefa del Servicio de Alergia del Hospital Juárez de México y ex Presidenta del Colegio Mexicano de Inmunología Clínica y Alergia.

Así, mientras trabajan, las víctimas del SEE enfrentan al menos ocho horas de síntomas que deterioran de manera importante su calidad de vida y desempeño. Un reciente estudio de la Universidad de Ohio, EU, reveló que quienes padecen alergias pierden en promedio 52 horas laborales cada año debido a los síntomas asociados a este trastorno. Si acuden enfermos al trabajo ocurre un fenómeno llamado “presentismo”, lo cual significa que su desempeño es bajo; asimismo, se calcula que quienes controlan pobremente sus alergias son 13% menos productivos que el resto de los trabajadores.

“A diferencia de otros problemas de salud como la gripe y el resfriado común, las alergias respiratorias no son trastornos pasajeros de los cuales el paciente se cura, sino que son una sobrereacción permanente del sistema inmunitario (encargado de combatir gérmenes) hacia un elemento inocuo, por ejemplo, el polen, los hongos, un tipo de material, el pelo de algún animal, un alimento, expresó la experta en Alergología e Inmunología.

“Cuando un organismo susceptible entra en contacto con este alergeno confunde la sustancia inofensiva con una amenaza para el organismo, razón por la cual produce anticuerpos llamados Immunoglobulina E (IgE), los cuales desatan una reacción en la que se liberan histamina y otras sustancias responsables de goteos nasales; estornudos; picazón en ojos, nariz y garganta; salpullidos; hinchazón o asma”, abundó la Dra. Rojo.

Debido a que las alergias y enfermedades como la gripe y el resfriado comparten síntomas, es frecuente que el paciente confunda dichos padecimientos, generando un importante subdiagnóstico. La especialista explicó que existen tres diferenciadores muy importantes: la alergia no produce fiebre ni malestar general y las molestias persisten mientras la persona está expuesta al alérgeno.

“Se calcula que las alergias afectan a entre 15 y 30% de la población mundial; sin embargo, en México, un grupo menor de personas cuenta con un diagnóstico certero. Por ello, es muy importante que las personas acudan al médico, quien indicará el tratamiento adecuado que mejore su calidad de vida”, subrayó.

Una eficaz opción terapéutica son los antihistamínicos, cuyo efecto antinflamatorio y antialérgico se debe a que bloquean la acción de la histamina. Dichos tratamientos alivian y previenen los síntomas asociados, incluyendo enrojecimiento, picazón y lagrimeo de ojos; estornudos; irritación de nariz o garganta, y secreción nasal.

“Cuando una persona está expuesta a un alérgeno constantemente, por ejemplo, si es víctima del Síndrome del Edificio Enfermo, se recomienda el uso antihistamínicos de segunda generación de libre venta (OTC), ya que pueden utilizarse por periodos prolongados. Existen diversas opciones, una de ellas es la Loratadina”. Estos tratamientos, prosiguió, no causan sueño y basta la toma de una pastilla para controlar los síntomas por 24 horas. “Lo anterior, mejora el apego y favorece que la persona continúe con su día a día sin que los molestos síntomas de la alergia se interpongan”, destacó la experta.

Sin embargo, “es sumamente relevante que el paciente no se autoprescriba en función de recomendaciones de familiares, amigos o conocidos y, mucho menos, de acuerdo con corazonadas, sino que debe acudir con un médico quien hará pruebas para determinar qué está desencadenando la alergia y, con base en ello, así como a las circunstancias y severidad de los síntomas, indicará la terapia más conveniente para cada caso. Con un diagnóstico certero y un tratamiento adecuado evitaremos que las alergias sean un molesto compañero de trabajo”, concluyó la especialista.

 
Modificado por última vez enLunes, 12 Septiembre 2016 10:32

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