Helicobacter Pylori, infección silenciosa
- Escrito por Redacción
- Publicado en Bienestar 24 horas
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“En México se calcula que entre el 50 y 70 por ciento de la población está infectada de Helicobacter Pylori, esta bacteria causa infecciones e inflamación en la mucosa gástrica, la cual se encarga de proteger tanto el estómago como el duodeno, permitiendo el desarrollo de padecimientos como gastritis, úlcera gástrica y duodenal, así como cáncer de estómago”, señaló el Dr. Octavio Aguilar, médico internista y gastroenterólogo de Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
El Helicobater Pylori es una bacteria en forma de “S” que habita en la mucosa del estómago y que es capaz de infectarlo. En el estómago, las bacterias tienen la capacidad de modificar el entorno que les rodea a través de la reducción de acidez del tal manera que puedan sobrevivir. De hecho su forma les permite penetrar el revestimiento del estómago donde están protegidas por la mucosidad. Razón por la cual, las células inmunes no logran llegar a ellas, y las bacterias pueden interferir con la respuesta inmune del organismo para evitar su destrucción.
En algunos casos, la bacteria Helicobacter Pylori puede derivar en problemas tales como gastritis y úlceras en el estómago o duodeno, sección del intestino que se une con el estómago, además, la bacteria está asociada con el cáncer de estómago.
Esta bacteria afecta tanto a hombres como a mujeres, y una vez contraída puede provocar carcinoma gástrico. Un rasgo recurrente y característico de este padecimiento es la inflamación en el estomago, acidez, flatulencias, malestar estomacal y sensación de plenitud en la mayoría de las personas infectadas.
Esta infección se adquiere por vía oral, por ingerir alimentos o agua contaminados o por el contacto con personas que estén infectadas. Por lo regular, esta infección comienza durante la niñez, y por desgracia los síntomas no aparecen hasta alcanzar la edad adulta, aunque la mayoría de las personas presentan síntomas ya cuando la infección está muy avanzada.
“Los síntomas de este padecimiento son variables y se asocian a la dispepsia no ulcerosa (malestar en el estómago), úlceras y estas últimas pueden tener múltiples manifestaciones como dolor, hemorragia gastrointestinal y en un pequeño porcentaje, perforación de la úlcera”, añadió el médico internista y gastroenterólogo del INCMNSZ.
El Dr. Aguilar mencionó que existen múltiples pruebas para el diagnóstico de esta infección, entre los que destacan: los exámenes de sangre, con la intención de buscar anticuerpos contra la bacteria; pruebas de heces, para determinar si hay indicios de la bacteria; prueba de aliento, donde la persona tiene que ingerir un preparado que contiene carbono, posterior a ello, la bacteria libera una enzima que descompone esta combinación, liberando el carbono, lo cual se detecta usando un dispositivo especial o una endoscopía, en caso de ser necesario.
¿Cuál es el tratamiento?
En lo que respecta al tratamiento, “dado que se trata de una bacteria difícil de erradicar se recomienda el uso de múltiples fármacos como la terapia triple, que comprende amoxicilina, claritromicina y lansoprazol (un inhibidor de bomba de protones), así como la terapia cuádruple que incluye tetraciclina, metronidazol, bismuto y omeprazol como inhibidor de bomba de protones”, puntualizó el Dr. Aguilar, médico internista y gastroenterólogo.
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Por último, el Dr. Aguilar señaló que las medidas preventivas que se deben de tomar en consideración para evitar el contagio de esta bacteria son:
Lavarse bien las manos con agua tibia y jabón antes de comer y después de ir al baño.
Lavar bien los alimentos y cocinarlos de manera adecuada antes de comerlos, ya que esto ayudará a matar cualquier bacteria que pudiera encontrarse en los alimentos.
Beber agua que haya sido filtrada o purificada.