Anticipan condiciones económicas mundiales más débiles en 2025

Si bien Estados Unidos parece estar en condiciones de recibir un impulso a corto plazo (el 44% de los economistas jefes pronostican un fuerte crecimiento en 2025, frente al 15% que pronosticaban cuando se les preguntó en agosto del año pasado), las perspectivas para el año que viene siguen siendo menos optimistas para otras economías importantes.

Europa sigue siendo la región más débil por tercer año consecutivo, y casi tres cuartas partes (74%) esperan un crecimiento débil o muy débil. Mientras tanto, se proyecta que el impulso económico de China se desacelere en medio de una demanda de consumo moderada y una productividad más débil, lo que ilustra aún más la naturaleza desigual e incierta de cualquier recuperación global.

“Las últimas Perspectivas de los economistas jefes revelan que la economía mundial se encuentra bajo una presión considerable. Las perspectivas de crecimiento son las más débiles en décadas y los acontecimientos políticos, tanto a nivel nacional como internacional, ponen de relieve lo controvertida que se ha vuelto la política económica. En este entorno, fomentar un espíritu de colaboración requerirá más compromiso y creatividad que nunca”, dijo Aengus Collins, responsable de Crecimiento Económico y Transformación del Foro Económico Mundial,

La economía de EE.UU.: impulso a corto plazo, cautela a largo plazo

El nuevo informe destaca la importancia de las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos, y el 61% de los economistas jefes considera que el impacto en la economía mundial será más bien un cambio a largo plazo que una perturbación a corto plazo. Se esperan grandes cambios en áreas como el comercio, la migración, la desregulación, la política fiscal y la política industrial.

Las sólidas perspectivas de los economistas jefes sobre el crecimiento de Estados Unidos en 2025 están en línea con sus expectativas de estímulo a corto plazo y de aumento de los salarios. Sin embargo, siguen siendo conscientes de los riesgos, ya que casi todos esperan un aumento de los niveles de deuda pública (97%) y una mayor inflación (94%).

La integración global bajo creciente presión

Además de las débiles perspectivas de crecimiento mundial, las Perspectivas de los economistas jefes revelan presiones cada vez mayores sobre la interconexión económica mundial. Una gran mayoría de los encuestados (94%) prevé una mayor fragmentación del comercio de bienes en los próximos tres años, mientras que el 59% espera que el comercio de servicios siga una trayectoria similar. Más de las tres cuartas partes también prevén mayores barreras a la movilidad laboral, mientras que casi dos tercios apuntan a crecientes restricciones a las transferencias de tecnología y datos.

El sector financiero se destaca como una excepción: menos de la mitad (48%) espera un aumento de la fragmentación, probablemente reflejando el papel fundamental de los flujos financieros transfronterizos en las economías modernas.

Sin embargo, los acontecimientos políticos nacionales e internacionales, los realineamientos de la cadena de suministro y las preocupaciones de seguridad se perfilan como importantes. Es probable que estos cambios aumenten los costos para las empresas y los consumidores por igual en los próximos tres años.

Se espera que las respuestas de las empresas a la creciente fragmentación de la economía mundial incluyan la reestructuración de las cadenas de suministro (91%), la regionalización de las operaciones (90%) y la concentración en los mercados centrales (79%).

Perspectivas comerciales

Casi la mitad (48%) de los economistas jefes prevén un aumento de los volúmenes del comercio mundial en 2025, lo que pone de relieve la resiliencia del comercio mundial. Sin embargo, una gran mayoría espera que se intensifiquen las tensiones comerciales, tanto entre las principales potencias como en otros ámbitos.

El proteccionismo se considera el principal factor que impulsará cambios duraderos en los patrones del comercio mundial, junto con otros factores importantes que contribuyen a ello, como los conflictos, las sanciones y las preocupaciones en materia de seguridad nacional. Alrededor del 82% de los encuestados prevé una mayor regionalización del comercio en los próximos tres años, junto con un cambio gradual y continuo del comercio de bienes a servicios.

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