Neumonía, bomba de tiempo por cambio demográfico

Entrevistado por Factor Rh, en el marco del el 21 Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, que coordina la farmacéutica MSD, advirtió de una fuerte presión al gasto de salud y más enfermos, por lo tanto, se debe asumir el riesgo de la longevidad, sobre todo cuando no es saludable.

“Coinciden dos elementos, uno, el envejecimiento de la población, y dos, vivimos más, pero no en mejor salud, y las perspectivas para la próxima generación no son mejores; el perfil de salud de mis abuelos era mejor que el que espera a mis hijos, donde la frecuencia de obesidad y diabetes es mayor.

“Estas enfermedades se van acumulando durante la longevidad, aumentando la carga con las consecuencias adversas del cúmulo de padecimientos que vamos reuniendo; eso nos hace más vulnerables y se puede reducir significativamente por intervenciones preventivas como la vacunación”, señaló.

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El Director Fundador del Instituto Nacional de Geriatría de México, comentó que gracias a la política que se instrumentaron desde tiempos del secretario de Salud, Dr. Jesús Kumate Rodríguez, “nuestra nación alcanzó tasas de vacunación ejemplares a escala global; incluso, hace 10 años las tasas de vacunación para neumococo e influenza, para personas mayores eran comparables a las de cualquier parte del mundo, sin embargo, la pandemia y las dificultades de acceso a los servicios que se han dado con los cambios que se suscitaron en la estructura del sector salud han obstaculizado el acceso a la vacunación y han reducido el desempeño”.

El especialista, quien participó el panel titulado: “enfermedad neumocócica durante el curso de la vida: entendiendo la importancia de la prevención en LatAm, un continente que envejece”, confió en que se puede recuperar el rezago que se tiene y mejorar el desempeño que se tiene.

Respecto a los riesgos para la población rural y urbana, consideró que se tiene que buscar otros incentivos, porque las necesidades y las dificultades de acceso a servicios de salud son mayores, en el caso de zonas apartadas. “En otro tiempo, cuando acudían los responsables de alguna secretaría a llevar las pensiones, al mismo tiempo iban acompañados del equipo de salud y había reuniones de la comunidad a recibir las vacunas, hoy simplemente llega el recurso económico y se perdió ese espacio de encuentro donde era posible promover acciones de vacunación”, apuntó.

Desde su punto de vista, se deben impulsar campañas y acciones para la prevención y educación, y la toma de conciencia, porque la edad con la que mueren los mexicanos es de 86 años. “El problema es en las generaciones que vienen; la carga de la enfermedad se va a acumular más temprano en las personas, si no se reduce la obesidad y diabetes, y si no mejoramos significativamente la eficiencia en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares en particular; las detectamos, pero no las estamos tratando con suficiente atención”, expuso.