Estudio de la neurooncología, es posible

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Cuando se produce una hemorragia repentina en el cerebro, ocurre una serie de cambios en respuesta; unos pueden proteger al paciente, pero otros cambios pueden ser patológicos.

Los mecanismos subyacentes a los eventos en torno a un accidente cerebrovascular aún no se han delineado por completo y, actualmente, faltan modelos animales que puedan capturar con precisión la afección en humanos. Sin embargo, este obstáculo podría superarse con tejido recolectado de pacientes con accidente cerebrovascular hemorrágico y almacenado en neurorepositorios. 

El núcleo del neurorepositorio del Hospital Metodista de Houston mantiene una colección de especímenes relacionados con el sistema nervioso y datos clínicos de pacientes que han dado su consentimiento de antemano.

"Ahora contamos con una importante infraestructura que apoya el estudio de la neurooncología, las enfermedades neurodegenerativas, los accidentes cerebrovasculares y otras condiciones que afectan al cerebro humano.

"Es importante destacar que al tener acceso a muestras derivadas de humanos tenemos ahora plataformas realistas que validan la eficacia de los medicamentos candidatos y exploran los mecanismos subyacentes de la enfermedad", explicó el Dr. Robert Rostomily, investigador principal y supervisor de operaciones en el neurorepositorio del Hospital Houston Methodist. 

En la actualidad, una parte sustancial de los protocolos biomédicos están encabezados por la investigación con animales, especialmente en ratones. Los roedores son relativamente fáciles de obtener, se reproducen bien en cautiverio y nacen precoces, lo que brinda a los científicos la oportunidad de estudiar procesos de desarrollo que de otro modo serían inaccesibles en otras especies.

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Hoy en día, las herramientas genéticas y moleculares avanzadas han transformado a los roedores en modelos atractivos para la investigación.

Pero, ¿puede la investigación en otras especies sustituir a la de los humanos? La sabiduría científica convencional nos dice que, aunque los humanos y los roedores divergieron de un ancestro común hace unos 80 millones de años, ciertos aspectos fundamentales del desarrollo y la fisiología se conservan evolutivamente.

Y, ciertamente, ha habido una multitud de descubrimientos derivados de la investigación con roedores en áreas que abarcan la inmunología, la neurociencia, el cáncer y las enfermedades infecciosas. Sin embargo, una mirada más profunda, a menudo, revela diferencias específicas de cada especie. Las enfermedades neurodegenerativas, en particular la enfermedad de Alzheimer, son un ejemplo evidente ya que ésta no se presenta de forma natural en los roedores.

"Nos estamos dando cuenta, de que para las enfermedades cerebrales, el sistema inmunológico es un factor determinante en las respuestas, ya sea cuando hay daño de ADN o en presencia de procesos inflamatorios.

"Pero el sistema inmunológico del ratón es muy diferente al de los humanos, por lo que no es sorprendente que el trabajo sobre enfermedades neurodegenerativas, hemorragias intracerebrales y accidentes cerebrovasculares se haya traducido muy mal en los humanos", comentó el doctor Rostomily.

Modificado por última vez enMartes, 02 Julio 2024 15:53

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