Quistes en uno o ambos ovarios
- Escrito por Redacción
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Como resultado de la ovulación, las mujeres enfrentan la posibilidad de desarrollar, en algún momento de su vida, quistes en uno o ambos ovarios. Si bien la mayoría son funcionales, benignos y no requieren cirugía, otros implican complicaciones o hasta la presencia de una neoplasia maligna; por ende, es indispensable detectarlos a tiempo y ponerles nombre y apellido.
El Dr. Gabriel Alejandro Gallo, socio titular del Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia, comentó que estas tumoraciones pueden ocurrir a cualquier edad, pero son más comunes en la etapa reproductiva.
También entran en juego factores como tratamientos para la infertilidad, uso de tamoxifeno (medicamento antiestrogénico empleado en la prevención y manejo de ciertos tipos de cáncer de mama), embarazo, hipotiroidismo, gonadotropinas maternas, tabaquismo y ligadura tubárica.
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“Aunque muchas pacientes consideran que poseen quistes ováricos asintomáticos sin estar diagnosticadas, la mayoría de los casos son hallazgos incidentales al examen físico o a la imagenología pélvica.
“En cambio, quienes sí presentan señales refieren dolor o presión unilateral o de abdomen bajo, alteraciones en el ciclo menstrual y sangrado uterino anormal. O, en ciertas ocasiones, el quiste se rompe o sufre torsión, por lo cual la molestia se torna aguda, severa y se acompaña de náusea y vómito”, detalló.
Los quistes, señala el ginecólogo dentro de su artículo publicado en la plataforma especializada Chopo Médicos, pueden ser foliculares (cuando los folículos maduros no se rompen durante la ovulación) o del cuerpo lúteo (ya sea simples o complejos). Ambos ocurren durante el ciclo menstrual normal, habitualmente son asintomáticos y se resuelven de forma espontánea.
Otra categoría son los tecaluteínicos, asociados a la sobreestimulación por niveles elevados de hormona gonadotropina coriónica humana; se identifican en mujeres embarazadas, con enfermedad trofoblástica gestacional, embarazo múltiple o hiperestimulación ovárica. En tanto los neoplásicos, ya sean benignos o malignos, se relacionan con un crecimiento anormal y exagerado de células.
“La ultrasonografía transvaginal es el estudio de gabinete de elección, el cual nos permite establecer características de la tumoración y la sospecha de benignidad o malignidad. Por ejemplo, los quistes uniloculares (que tienen un solo compartimento) de menos de 10 centímetros en pacientes premenopáusicas son, por lo general, benignos; en ausencia de síntomas, es posible vigilarlos con ultrasonidos seriados”, concluyó.