La epigenética y la obesidad transgeneracional

  • Escrito por Dra. Ilian Arsof, UNAM, Médico y Maestra en Nutrición Clínica
  • Publicado en Opinión
  • 0 comentarios

La epigenética explicaría por qué una persona a pesar de llevar un estilo de vida saludable y no tener una carga genética relevante que la predisponga a enfermedad puede estar proclive a ganar peso fácilmente, sufrir un infarto o desarrollar cáncer. El problema radica en la herencia epigenética de sus padres y abuelos. 

La epigenética, también parece ser un factor clave en la pandemia de la obesidad en México y en todo el mundo, al ser un vínculo entre la desnutrición y la obesidad.

Actualmente, con los grandes avances de la biotecnología y la biología molecular, la investigación de los genes ha ido más allá y, recientemente, se ha vinculado a laepigenética con cientos de enfermedades. 

Cuando hablamos de epigenética, no hablamos de cambios en la estructura de los genes ni de mutaciones, lo cual corresponde a la genética, sino de “marcas químicas” mediante las cuales se controla la expresión de los genes; es decir, un gen con una marca epigenética que estaba destinado a expresarse (activarse) y producir una proteína, deja de ser expresado y, por ende, no se lleva a cabo la función para la cual estaba programado. 

O, por el contrario, un gen que estaba destinado a estar silente o inactivado, al tener una marca epigenética anormal, se activa y produce una proteína que en condiciones normales no debiera ser producida. 

Pero, ¿cómo surgen tales marcas epigenéticas?. Existen dos etapas clave durante las cuales las marcas epigenéticas de los individuos son determinantes para el desarrollo posterior de obesidad, enfermedades cardiovasculares o cáncer: la primera es la etapa intratuterina y la segunda es la adolescencia. 

En la primera etapa, el peso corporal y la alimentación de la madre antes y durante el embarazo, y el peso del padre al momento de la concepción, afectan al epigenoma (conjunto de marcas epigenéticas en todo el material genético o ADN), no sólo de sus hijos, sino de sus nietos, bisnietos y tataranietos.

Sí, en efecto, hasta cuatro generaciones posteriores, si es que persisten los estímulos epigenéticos adversos en las primeras dos generaciones de la familia. 

Tanto la desnutrición como la obesidad materna, antes y durante el embarazo, ejercen consecuencias importantes en el epigenoma del hijo mientras éste se desarrolla in utero (matriz), puesto que se afectan genes relacionados con la regulación del apetito y del metabolismo, y con la regulación de la formación de tejido graso, programando así la obesidad y las enfermedades metabólicas y cardiovasculares en su familia.

Asimismo, la obesidad paterna se ha comparado con la programación para cáncer en su progenie relacionada con marcas epigenéticas en genes específicos involucrados en el control del crecimiento y la proliferación de las células. 

De manera similar, si un adolescente sufre desnutrición o hambre extrema, condicionará un mayor riesgo de obesidad y enfermedad cardiovascular en sus nietos del mismo sexo.

El primer trimestre del embarazo se ha establecido como periodo crítico para los cambios epigenéticos y la programación de enfermedades crónicas en la etapa adulta, cuando el niño ha crecido.

Luego entonces, la respuesta a la pregunta ¿la obesidad, el cáncer y los infartos se heredan? es un “sí”, si es que tus padres, tus abuelos y bisabuelos sufrieron de obesidad o, bien, de desnutrición durante su adolescencia o cuando fuiste concebido. 

Si, además, durante tu niñez y adolescencia también padeciste de sobrepeso u obesidad, entonces tus probabilidades para desarrollar cáncer o alguna enfermedad cardiovascular se incrementan todavía más, puesto que se suman los riesgos, independientemente de si eres o no portador de mutaciones en algunos de tus genes que estén relacionadas con obesidad, cáncer, hipercolesterolemia, etc.

Es así que la herencia de las enfermedades tiene que ver no sólo con la genética, sino también con la epigenética de las personas.La buena noticia es que, a diferencia de las alteraciones genéticas o mutaciones, las marcas epigenéticas son modificables en su mayoría. 

En primer lugar, la planeación del embarazo llevando una alimentación adecuada en cuanto a aporte energético (calorías) y proteínas y con un consumo suficiente de vitaminas del complejo B (principalmente B12, B6, B2 y folato o ácido fólico), es una medida preventiva para que en tu familia no prevalezca la obesidad, las cardiopatías y el cáncer. 

Pero si ya portas la carga genética y epigenética para tales enfermedades, tu alimentación y la práctica regular de actividad física son clave para prevenir su manifestación clínica. Además, la inclusión de alimentos específicos en tu dieta puede ayudar a corregir tus marcas epigenéticas, una vez analizada tu historia nutricional y tus factores de riesgo.

A nivel de salud pública, la epigenética posee una relevancia particular, puesto que la desnutrición infantil y los embarazos no planificados en adolescentes desnutridas aún es altamente prevalente en zonas rurales y particularmente en población indígena; por lo que, si se pretende atacar la pandemia de la obesidad y de las enfermedades cardiovasculares en el mundo occidental, las acciones y programas para erradicar la desnutrición desempeñan un papel preponderante para evitar la perpetuidad de la obesidad y sus consecuencias. Esto, por supuesto, sería una estrategia adicional a los programas para erradicar la obesidad infantil. 

Modificado por última vez enMiércoles, 04 Abril 2018 18:21

Deja un comentario

Asegúrate de llenar la información requerida marcada con (*). No está permitido el código HTML. Tu dirección de correo NO será publicada.

logo-nosotros

RH Editores produce y comercializa la revista de Salud Factor RH. La edición es mensual.

Correo de publicidad: