Tabaco amenaza la visión

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El consumo de tabaco representa una amenaza potencial para la salud visual de millones de mexicanos por estar asociado al desarrollo o agravamiento de enfermedades como degeneración macular, cataratas y glaucoma, estas dos últimas identificadas entre las principales causas de ceguera en el país.

En vísperas del Día Mundial del Tabaco, a celebrarse el próximo 31 de mayo, el Consejo Optometría México hace un llamado a redoblar esfuerzos contra el impacto negativo de este hábito, que va más allá de ser una de las principales causas de cáncer de pulmón, infarto agudo al miocardio, enfermedades cerebrovasculares y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, como señala Nancy Espíndola Romero, Licenciada en Optometría por el Instituto Politécnico Nacional:

“En los reportes nacionales no se contemplan otros efectos secundarios no mortales pero que tienen gran implicación en la calidad de vida de las personas, como son los trastornos y enfermedades oculares que se provocan, ya sea de manera directa o indirecta, a causa del consumo de tabaco”.

Por el alto contenido de sustancias tóxicas que libera en el torrente sanguíneo de quienes fuman y de los componentes del humo que afecta a quienes les rodean —nicotina, alquitrán, formaldehído, amoníaco, sulfuro de hidrógeno, entre otras—, el consumo de tabaco contribuye al desarrollo o agravamiento de enfermedades como las siguientes:

  • Degeneración macular relacionada con la edad: se produce cuando se daña una parte de la retina llamada mácula, lo que provoca que se pierda la visión central y no se puedan ver los detalles precisos, con lo que se dificultan actividades como leer, identificar rostros y manejar. Quienes fumadores tienen el doble de probabilidad de desarrollar degeneración macular que quienes no lo hacen.
  • Cataratas: se desarrollan cuando el cristalino se opaca, lo que impide el paso de la luz. Trae consecuencias que van desde vista borrosa hasta ceguera. Quienes fuman tienen de dos a tres veces más probabilidades de padecer cataratas que quienes no fuman.
  • Glaucoma: las personas que fuman corren más riesgos de tener problemas en el nervio óptico, órgano naturalmente afectado por esta enfermedad. El nervio óptico conecta el ojo con el cerebro, por lo que los daños que sufra pueden tener como consecuencia la ceguera.
  • Retinopatía diabética: ocurre cuando se dañan los vasos sanguíneos de la retina, con consecuencias que van desde la vista borrosa o distorsionada hasta la ceguera; los fumadores que también tienen diabetes corren mayor riesgo de padecer esta enfermedad.
  • Uveítis: consiste en la inflamación de la úvea, que es la capa intermedia de la pared ocular, lo que provoca ojos rojos, dolor y problemas de visión.
  • Enfermedad de Graves: enfermedad de la glándula tiroidea que, entre otros síntomas, hace que quienes la padecen presenten ojos protuberantes. El consumo de cigarro contribuye al empeoramiento de esta enfermedad.

Otro de los padecimientos más comunes a consecuencia de la exposición al humo del tabaco es el ojo seco, que se presenta cuando los ojos no tienen suficientes lágrimas o dichas lágrimas no son de suficiente calidad para cumplir su función. Fumar, o estar cerca de quienes lo hacen, aumenta la propensión a sentir los ojos ásperos, así como a sufrir ardor, picazón y enrojecimiento.

En el caso de las mujeres embarazadas, fumar aumenta hasta cinco veces el riesgo de que sus hijos padezcan meningitis bacteriana durante la niñez, entre cuyas consecuencias se cuentan infecciones oculares y otros problemas de visión. Además, fumar durante el embarazo también aumenta el riesgo de parto prematuro que, entre otras complicaciones, propicia el desarrollo de retinopatía de la prematuridad, que puede llegar a ser causa de ceguera en los bebés.

Frente a cada uno de estos padecimientos, la consulta oportuna con el Licenciado en Optometría es fundamental, destaca Nancy Espíndola:

“En el caso de enfermedades que alteran la retina, el Licenciado en Optometría especializado en visión baja realizará un programa de rehabilitación visual con lentes, ayudas ópticas, ayudas no ópticas y electrónicas, a fin de que el paciente vuelva a leer y desplazarse de manera independiente. En el caso de las cataratas, el tratamiento es quirúrgico: se remueven y se coloca un lente dentro del ojo, además de lentes aéreos, para mejorar la calidad visual. Para quienes padecen ojo seco, se recomendará el uso de un lubricante que mejore el cuadro”.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata cada año a casi seis millones de personas, de las cuales, más de cinco millones son consumidores directos y más de 600 mil son no fumadores expuestos al humo ajeno. Casi 80%, de los más de mil millones de fumadores a nivel mundial vive en países de ingresos bajos o medios, donde las cargas de morbilidad y mortalidad asociadas al tabaco son mayores.

En México, según la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, la prevalencia de consumo de tabaco es de 21.7%, lo que corresponde a 17.3 millones de mexicanos fumadores entre los 12 y los 65 años: 12 millones de hombres y 5.2 millones de mujeres. En cuanto a exposición al humo de tabaco ambiental, se registra una prevalencia de 30.2%, lo que quiere decir que 12.5 millones de mexicanos que nunca han fumado se encuentran expuestos al humo de tabaco ambiental. 

Modificado por última vez enMartes, 31 Mayo 2016 10:12

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